Un programa más que atractivo se está gestando en el Auditorio Juan Victoria y verá la luz el próximo viernes, cuando varias de las agrupaciones de la UNSJ subirán a escena. Los coros Universitario, Vocacional y De niños y jóvenes, que dirigen Jorge Romero, José Domingo Petracchini y Jorge Fuentes, respectivamente, volverán a reunirse para una gran velada Sinfónico-Coral, junto a la Orquesta. Todas las formaciones dirigidas por Emmanuel Siffert dejarán su talento en esta gala que consta de dos partes, que podrían señalarse como un debut y una despedida. El debut es el Himno a la Santa Trinidad, del compositor suizo Aloys Fornerod, que se ejecutará por primera vez en Latinoamérica. Y para hacerle honores a las despedidas de este mundo, el Requiem de Gabriel Fauré, una de las misas de difuntos más conocidas y celebradas, que se hizo varias veces en la provincia (la primera en 1981 y la última en 2010, siete años después de llevarla al Colón); y que en esta oportunidad contará con las actuaciones solistas de Griselda López; de Mendoza; y Víctor Torres, de Buenos Aires.
"Se ha dicho que mi requiem no expresa el miedo a la muerte y ha habido quien lo ha llamado ‘un arrullo de la muerte’. Pues bien, es que así es como veo yo la muerte: como una feliz liberación". Así -se dice- describió Fauré su misa de difuntos, que también fue interpretada durante su funeral y dura alrededor de media hora.
"Estamos en la música francesa, la diferencia es el estilo, muy lírica", la distingue Siffert de otras misas. Compuesta en el siglo XIX y para algunos, fuente de inspiración del réquiem de Durufle (el último que se escuchó en el Auditorio, en mayo pasado, con batuta de la mendocina Silvana Vallesi), quizás sea esta "feliz liberación" el condimento más notable del compositor. En esa línea es, tal vez, que el francés aplacó la Ira de Dios (tan potente en la obra de colegas como Mozart) y agregó, a tono con su idea de muerte, la celestial "In Paradisum" (muchos la habrán escuchado en el film de Terrence Malik, La delgada línea roja). Es aquí -en este caso- donde se lucirá el coro de niños, que representa a los ángeles que reciben el alma del difunto, en contrapunto con las voces masculinas.
"Desde lo coral, tiene una belleza simple pero a la vez es tan hermosa auditivamente que cualquier persona pueda enamorarse de la obra", comentó Fuentes, quien si bien consideró que no es de las más "difíciles" vocalmente -como el Requiem de Brahms, ejemplificó- subrayó que tal vez lo complejo llegue desde el lado interpretativo.
En cuanto al Himno a la Santa Trinidad, de Fornerod, es una obra con metales, contrabajos y percusión; y canto religioso en francés a cargo de coro, que dura apenas 16 minutos. "Fornerod es un compositor de una estética parecida a la de Fauré, y además de una instrumentación muy especial, esta pieza tiene coro de niños", marcó Siffert. "La participación de los niños es muy particular porque hay un motivo que se repite durante toda la obra, un Kyrie, una simple melodía muy bonita que va pasando por seis tonalidades", acotó Fuentes. "Es un himno, justamente, bien procesional diría, más homofónico que polifónico; y su gran particularidad es justamente la combinación tímbrica que hace con voces y bronces; y que alternan con partes a capella de los coros", sumó Petracchini sobre esta pieza, que los sanjuaninos tendrán el privilegio de escuchar, en su primera audición para América Latina.
Los coros de niños y jóvenes, Vocacional y Universitario, junto a la Orquesta Sinfónica, serán los protagonistas de este atractivo programa de tono religioso. Solistas invitados para el Requiem, la soprano Griselda López y el barítono Víctor Torres.
DATO
- Sinfónico-Coral. Viernes 23, a las 21.30 hs, en el Auditorio Juan Victoria. Bono contribución $100, en boletería.