Dale tu mano al indio, dale que te hará bien, encontrarás el camino como ayer yo lo encontré… es el tiempo del cobre, mestizo, grito y fusil. Si no se abren las puertas, el pueblo las ha de abrir…’, estos versos de ‘Canción para mi América’, representan buena parte del sentimiento musical de Daniel Viglietti. Con una lucidez notable y firme su compromiso con el arte, la historia y la realidad social de la región; el trovador uruguayo llega a San Juan por primera vez en su extensa carrera. Creador de temas legendarios como ‘A desalambrar’, ‘Canción del hombre nuevo’, ‘Esdrújulo’, sus letras han tenido proyección mundial, interpretadas por Víctor Jara, Amparo Ochoa, Isabel Parra, Joan Manuel Serrat, Alí Primera, Mercedes Sosa, Chavela Vargas y Soledad Bravo entre miles de otras voces y en diferentes idiomas. En diálogo con DIARIO DE CUYO, el artista confesó ser un gran admirador de la canción folklórica cuyana y sus más grandes exponentes como Antonio Tormo, Buenaventura Luna e Hilario Cuadros.
– ¿Qué expectativas tiene de San Juan?
– Toda la región de Cuyo tiene un atractivo en lo personal para mí, porque generacionalmente tuve una gran influencia en mi infancia de buena parte de la música cuyana. El folklorismo argentino penetró mucho en los años ’45 y ’50. Mi padre me regalaba aquellos discos viejos que para mí eran revolucionarios porque giraban a 78 r.p.m. (risas) Eran los discos de Hilario Cuadros, de Los Trovadores de Cuyo y toda su vertiente. De niño imitaba a Antonio Tormo… me encantaba esa voz aguda, ese arreglo de guitarras y arpas. Y alguien que fue fundamental en la música cuyana, pero que no sé si fue olvidado, un grande como Buenaventura Luna. Creador de esa experiencia titulada como ‘El canto perdido’, fue muy interesante.
– ¿Cómo llegó a tener ese contacto a tanta distancia?
– En mi época escuchaba mucho la radio argentina. Vivía en un barrio periférico de Montevideo (Sayago) y sintonizaba Radio El Mundo. Atahualpa Yupanqui fue también una influencia muy fuerte. Sucede que es cierto, las fronteras culturales son tan transparentes como los ríos, no hay aduanas para la cultura. Una canción o una danza no necesitan de una visa para pasar. La zamba y el escondido, marcaron en mí, como en Los Olimareños y a Alfredo Zitarrosa de manera profunda. De todas maneras parto de la base que nuestros mapas, son todos inventos de los poderes políticos en disputa, de la influencia colonial. Somos un invento de países. Nuestro mapa es uno solo, bien grande y verde con todos sus ríos y sus poblaciones, pero quedamos divididos en esta suerte de banderas y que tienen su razón de ser, su historia de luchas y su historia musical.
‘Las fronteras culturales son tan transparentes como los ríos, no hay aduanas para la cultura. Una canción o una danza no necesitan de una visa para pasar’.
– ¿Es trascendental tener una visión del continente como una ‘Patria Grande’?
– ¡Claro, eso es! Lo planteo así en ‘Canción para mi América’. Hay que darle una mano al indio, porque históricamente nos hace razonar lo nefasto que fue la colonización. Nos mutiló el cuerpo y la conciencia en todo sentido. Fue mi primera canción testimonial…
– ¿Cómo trabaja para que los jóvenes conozcan su repertorio y su historia?
– Es mi interés central. Porque lo que canto no es una mirada o un pensamiento de ombligo. Es una perspectiva de la vida. Que tomen contacto no para aprender una lección inamovible o un dogma, sino para que sepan de cosas que los medios de comunicación nos han escamoteado o mal narrado. Más que informarse es sensibilizarse, sobre el paisaje, sobre nuestra tierra. Son canciones de amor humano, de cariño por nosotros, de compañerismo.
– ¿Es necesario reconocernos en un ‘nosotros’?
– Totalmente. Es hablar de los que nos pasa, de nuestras alegrías y de nuestras frustraciones. Es hablar de nuestros desaparecidos. Tanto en Uruguay como en Argentina, la impunidad que tienen muchos represores, es un tema central que nos atraviesa a todos. Los uruguayos miramos con mucho respeto el avance que hubo en Derechos Humanos en Argentina. Pero ahora, vivimos algo muy grave, con la desaparición forzosa de Santiago Maldonado, que tiene conmovido a casi todo el país, aunque también existe gente que está del otro lado de la verdad. A este muchacho su delito fue aparentemente apoyar la lucha de los mapuches por sus derechos y recuperar sus tierras. Todos exigimos justicia y que aparezca. Pienso que es un símbolo muy duro. Esto debe esclarecerse, hay que profundizar y buscar la verdad, como así también saber qué pasó con Jorge Julio López.
– ¿Cómo hace para mantener la memoria sana?
– Trato de que el olvido no me invada y trato de ser coherente con lo que he pensado y cantado. Lo que me enseñaron los mayores, entre ellos el Che Guevara…
– ¿Y siente que también su música inspiró a otros?
– Es el resultado de la edad, del tiempo transcurrido y el trabajo hecho. Tuve la inquietud de abarcar algo continental, por eso inventé la palabra "nuestroamericano’. Llevo mis canciones humanas, en un mundo de tanta deshumanidad. El deber de tomar conciencia es el acto de la canción.
DATO
Daniel Viglietti. Gira nacional con ‘Las Memorias de Viglietti’, en Primera Estrella esta noche a las 21. Calle 12 entre Ruta 40 y Mendoza, Pocito. Capacidad limitada, anticipadas en Desnivel Libros (Salta 27 sur).