Por Fray Luis Lenzi OP
Aunque Viena se gloria de haber hospedado a grandes compositores, para muchos la música vienesa es sinónimo de Strauss. Sin embargo su origen campesino no parecía prometedor. El diccionario del inglés C. Burney describía el verbo "walzer" como "rodar, revolcarse, embarrarse con la inmundicia de la ciénaga", y un crítico escribía: "Los tonitos saltarines son bailados por campesinos con botas de cuero en pisos sucios porque las botas y el barro obligaban a dar saltos en el aire. Eso fue cambiado por Josef Lanner (1801-1843) y Johann Strauss (1804-1849), que permitieron que el baile pasara a elegantes salas vienesas. Era una fiesta campesina mucho más sofisticada, pero aún con cerveza. Los hijos de Strauss, Johann II, Josef ("Pepi") y Eduard, a pesar de que su padre pretendía que no fueran músicos para que no le hicieran sombra, igual estudiaron a escondidas. Johann II estaba escribiendo por su cuenta ¡desde los 6 años! El padre tuvo que acceder a que dirigiesen sus varias orquestas y el 15 de octubre de 1844, una en un restaurante tuvo tal éxito que un periódico publicó al día siguiente: "Buenas noches Lanner, buenas tardes Papá Strauss, buen día hijo Strauss". Con el tiempo el hijo superaría a su padre y la cerveza se convertiría en champagne. El maravilloso concierto del viernes se inició con un vals que inicialmente se llamó Mano a mano, ya que fue escrito para un encuentro entre el Emperador (Kaiser) de Alemania y su colega de Austria. El título Kaiserwaltzer valía para ambos y como ejemplo de musicoterapia, satisfacía ambas vanidades. Se inicia con una suave marchita (Langsamesmarschtempo) hasta que aparecen los valses con un breve solo de Vesselin Yanakiev, terminando con fanfarria de trompetas y percusión. Voces de Primavera fue pensado para un pianista -Alfred Grünfeld- y escrito para soprano y orquesta. Rosas del sur fue estrenada por Eduard en 1880 y evoca el clima mediterráneo. Además de valses, los Strauss escribían marchas, galops y polcas. La polca es una danza de origen bohemio que hacia 1830 se extendió como epidemia por Europa. Tritsch-Tratsch alude a una publicación satírica que caricaturizaba el "chusmerío" de los vieneses. En 1869 recibió un encargo para un coro masculino para festejar la Narrenabend o Tarde de los tontos, un día especial de recreación para esa entidad coral. El viejo proverbio "Quien no ama el vino, las mujeres y el canto permanece tonto toda su vida" dio nombre al vals que se inicia con un solemne toque de corno y una orquestación soberbia con valses y fanfarria final. Es el vals más largo de Strauss -¿la tontera humana es extensa?-. Pero la prueba de que Strauss era un excelente orquestador es que R. Wagner lo seleccionó para los entreactos de sus óperas en Bayreuth!. Pizzicare en italiano significa pellizcar, esta polca con cuerdas "pellizcadas" (Polca Pizzicato) fue compuesta por Josef y Johann para estrenarse en Rusia y fue un éxito arrollador. La misma Asociación Coral para la que compuso "Vino, mujeres y canto" le había encomendado dos años antes una obra optimista y alegre, ya que la derrota de Austria ante Prusia en la Guerra de las siete semanas tenía a los vieneses deprimidos. El vals debía ser una obra coral con acompañamiento orquestal. El estreno fue dirigido por Josef y Eduard y tuvo una recepción discreta, pero cuando más tarde la dirigió Johann, el éxito fue tremendo en todo el mundo. ¿Quién no puede tararear Danubio azul? Recuerdo que de chico escuché a la Filarmónica de Viena en el Colón y cuando el Director -Karl Boehm- realizó un bis lo presentó como "El himno nacional de Viena". Los ojos de los austro-argentinos se llenaron de lágrimas! Finalmente, volvimos a la cerveza con la Marcha Radetzky que Johann padre había escrito en 1848 en honor a un héroe militar, el conde Josef Radetzky que venció a los italianos. Es casi otro pequeño himno austriaco. El compositor Leopold Weninger hizo una arreglo y es común que los directores, como Siffert, inviten al público a acompañar a la orquesta con palmas. Eso sí, no esperen que el Maestro exclame ¡A ver esas paaalmas! Esta marcha ha sido apropiada por numerosas bandas militares, ¡excepto por la italiana! Los bises llegaron con Tritsch-Tratsch y Vino, mujeres y canto. ¿Una indirecta al público de que somos chismosos y un poco tontos? Que Strauss es una maravilla, que sus valses son una música genialmente orquestada puede detectarse sobremanera cuando la orquesta suena tan pero tan bien. La contagiosa sonrisa del Director es el mejor homenaje a este vienés cuyos temas solemos escuchar en las fiestas de casamiento.