Mucho alcohol, arena y baile fueron protagonistas de la fiesta, adobada con una gran expectativa del público por verlos actuar en vivo; expectativa que se fue diluyendo durante la larga espera que debió soportar la gente: primero en la extensa fila de automóviles que se armó para entrar al complejo; y segundo, la muy demorada presentación del grupo, que estaba anunciado a las 22 y que apareció en escena sobre las 4 de la madrugada. Pese a todo, los fans que habían ido predispuestos a la diversión, la pasaron bien, aunque tuvieron que conformarse con sólo 30 minutos de recital, incluidas algunas pausas debido a inconvenientes con el sonido. Pero como enseña un dicho popular: "¿Quién les quita lo bailado?".