En el Auditorio Juan Victoria, el maestro ruso, Shlomo Mintz dio su función para solo de cuerdas organizado por el Mozarteum filial San Juan ayer por la noche. Con el motivo de celebrar sus 50 años con la música, el intérprete ejecutó una de las obras más complejas de la música universal: Los 24 Caprichos de Niccolo Paganini. Parado solo sobre el escenario de la sala, frente a todo un público dispuesto a escucharlo placenteramente, Mintz cargó su violín y demostró su gran capacidad, tanto física como mental, para llevar acabo una pieza exigente, de alta complejidad interpretativa y gratamente emotiva. En dos actos de 12 movimientos cada uno, el violinista de fama internacional se ganó el aplauso de ovación de la platea sanjuanina.