Colón Federal es el nombre del programa a través del cual, el ballet del máximo coliseo argentino regresará a San Juan, ahora bajo la conducción de Paloma Herrera. Retirada de los escenarios en 2015 -en la cima de su carrera y como Principal del American Ballet Theatre- la reconocida bailarina asumió la dirección de la compañía (hasta entonces en manos de Maximiliano Guerra) en febrero de 2017. Un desafío que encaró con la misma seriedad con la que ha manejado su exitosa carrera y cuyos primeros frutos estarán a la vista para los balletómanos locales el jueves próximo, cuando la troupe desplegará parte de su repertorio en el marco del segundo aniversario del Teatro del Bicentenario.
Cordial y siempre dispuesta al diálogo, Paloma habló con DIARIO DE CUYO sobre esta nueva etapa de su vida que, sin añoranzas de viejos tiempos, le permite volcar toda su experiencia en ese teatro que la vio nacer. Y disfrutarlo a pleno, más allá de la presión que a veces significa sostener, ahora desde otro lugar, esa excelencia asociada a su nombre.
– Cuando te ofrecieron la dirección, ¿aceptaste de inmediato o tuviste que pensarlo?
– Lo tuve que pensar, debo ser honesta. Era una decisión difícil, los directores anteriores habían tenido problemas, había paros, carteles y todo eso; y yo venía de estar en otra situación. Estaba muy contenta de haber cerrado una carrera dificilísima y maravillosa de la forma que lo hice y de estar tranquila. Volví a mi país, estaba feliz dando masterclases en las provincias y afuera, escribí un libro, cosa que fue súper gratificante; estuve con mi perfume… una vida muy intensa pero más relajada en otros aspectos. Cuando me propusieron esto me dije "¿Pero yo quiero volver a esta intensidad de trabajo?", porque me imaginé que no iba a ser fácil…
– ¿Y qué te hizo decir que sí?
– Con la dirección general tenemos los mismos ideales, los mismos puntos de vista. Yo dije "necesito tales y tales cosas", y ellos me apoyaron en todo momento, entonces sentí que no estaba sola. Ya estoy en el segundo año y es como que pasaron tantas cosas, es un grupo de trabajo maravilloso. Lo que se ha logrado ni yo lo puedo creer a veces, las giras, las funciones, termina un título y empieza otro…
– Esos eran algunos de tus objetivos, más funciones, giras…
– Sí. El año pasado ya estuvimos en Mendoza, Santa Fe y Jujuy; y ahora Chile, San Juan y La Rioja… Y también tener un repertorio realmente importante, que vengan maestros, coreógrafos, repositores… hay cambios de base que para mí eran realmente importantes. Y es un placer verlos bailar, me siento súper orgullosa y eso es hermoso. Se trabaja un montón, pero es muy gratificante luego ver cómo las cosas suceden.
– ¿Cómo te recibió la compañía? ¿Resistencia, brazos abiertos, expectativa?
– Pienso que de todo un poco… Ellos venían de varias direcciones conflictivas o tienen como la fama, ¿no? Pero me recibieron súper bien. Yo siempre me sentí súper contenta, cómoda con el trabajo, con los bailarines. Siempre hay como algo de inseguridad ante los cambios, pero está funcionando, se los ve contentos. Estamos todos trabajando por lo mismo…
– Hay que pensar que vos venías del ABT, con todo resuelto, a una compañía argentina, con un contexto totalmente diferente…
– Exacto. Pienso que si hubiera venido alguien totalmente de afuera no entendería nada, porque los códigos son distintos, la cultura es distinta. Aunque yo viví y trabajé muchos años afuera, soy de acá, hice mi carrera en el Colón, me recibí en el teatro, vine como invitada, siempre estuve vinculada. Tengo la cabeza de haber estado afuera, pero soy argentina. Creo que es una buena combinación para la posición…
– Como la de juventud y experiencia…
– También hay un equilibrio en eso y es bueno, porque hay que tener muuuchas pilas para esto, y al mismo tiempo la experiencia y los contactos cuentan…
– ¿Qué es lo que más disfrutás de esta etapa?
– Todo; estar con los bailarines, los ensayos, el coaching… Todo lo que puedo brindar. Yo he aprendido muchísimo y creo que ahí está la diferencia, el punto de vista que le quiero dar a la compañía, adónde queremos llegar. Bailar no es un trabajo cualquiera; y ese amor que yo pongo es lo que trato de inspirar en los bailarines.
– ¿Y cómo se hace para equilibrar lo artístico con una coyuntura socioeconómica que no siempre ayuda?
– Mi foco es lo artístico, en lo económico no me meto para nada; pero creo que con los problemas que hay en la Argentina y en el mundo, los bailarines son personas privilegiadas, porque estar en un teatro como ese y cobrando un sueldo por hacer lo que aman… No todos pueden. Por supuesto que se puede estar mejor, pero creo que hay que estar agradecidos, por ese teatro, por las giras, por las funciones, por el repertorio… eso es fundamental, y la ética del trabajo, la pasión. Y es un círculo, cuando más se muestre eso, más público va a ir, más se van a vender los tickets, más funciones se van a hacer y más importantes van a ser ellos. Pero eso también tiene que salir de uno. Y yo trato de mostrar con el ejemplo…
– Tenés fama de ser brava, de muy exigente…
– Creo en la disciplina y el trabajo, siempre con amor; es de la única forma en que se llega. He tenido maestros que eran muy duros y no sacaron lo mejor de mí; y otros que eran maravillosos y que sacaban mi mejor versión; entonces trato de repetir lo bueno. Siempre me digo "¿Qué es lo que a vos te sirvió, Paloma?", y trato de hacer eso, dar contención, seguridad, que se vayan súper ensayados, saber que siempre se puede más, pero con buena onda. No el terror, no la mala onda, porque lo he vivido y no funciona.
– ¿Sentís que la compañía recobra su prestigio?
– Yo pienso que sí. Siempre fui fanática de mi país, de mi cultura, de mi teatro. Para mí el Colón es maravilloso; y si no lo creemos nosotros mismos, no funciona. Claro que tenemos que ser objetivos y tratar de mejorar todo el tiempo, pero siempre con onda positiva, siempre con pasión.
Dato
Ballet del Teatro Colón. 25 de octubre, 21 hs. Entradas $150, $300, $450 y $600. Boletería de 10 a 20 hs, día de la función desde las 17 hs. Y por tuentrada.com.