Pasaron 25 años de ese gran momento cinematográfico de 1994 que marcó a muchas generaciones de niños y de no tan niños. Quién hubiera pensado que en 2019, volver a apreciar la clásica escena del sol naciente en el horizonte y el canto de la obertura "Naaants ingonyaaamaaa bagithi baba" (donde los más chiquitos se animaban a pronunciarlo a su manera) fuese tan fresco, esperado y hasta por momentos, con destellos de nostalgia. La versión "live action" de El rey león de Disney, no sólo maravilló al público infantil, que era lo esperado por la enorme acción visual y sonora planteada en la pantalla; sino que también, tocó el interior del público juvenil y adulto que vio al film original que caracterizó durante décadas al estudio del ratón, por su estilo de animación artística y audiovisual. Más allá de los efectos, en esencia, el drama, los diálogos, la banda sonora y cada plano, es respetado hasta el más mínimo detalle. Incluso, hasta las reacciones de los espectadores, usando sus gafas en 3D (en este caso se presenció el estreno en la sala Turbo Dolby Atmos de Cinemacenter) fueron idénticas que en la primera experiencia de los noventa. Su narrativa visual fue potenciada al máximo del hiperrealismo, en el que los personajes expuestos y las representaciones de escenarios naturales, poseían una calidad que lograban desafiar al ojo más crítico. Resultaba muy difícil poder distinguir los límites de las imágenes: en qué parte se diferenciaba lo real de lo puramente digital. De todas formas, sin dar ningún spoiler -aunque los que ya tienen en la memoria el relato original, la trama puede resultar previsible- la acción desarrollada lograba que los más chiquitos quedaran cautivados. Los más jóvenes por su parte, se conmovían al encontrar una similitud con la versión original tan exacta que, en el caso del espectador Martín Suárez (días previos al estreno miró la clásica para hacer las comparaciones) quedó fascinado al terminar la función, incluso, con ganas de repetir la nueva entrega. Desde las últimas filas de butacas, un anónimo espectador se atrevió a sacar una foto en una escena determinada con su celular para atesorarla como recuerdo. Las escenas de humor, la empatía de los caricaturescos Timón y Pumba, causaban su gracia también, que a más de uno se le escapaba una carcajada. En el punto de mayor dramatismo (un gran tributo a la tragedia shakespiriana de Hamlet que se mantiene a lo largo del film), la platea entera quedó paralizada en un silencio absoluto. Otro momento destacable fue la solemnidad que ejercía al escuchar la poderosa voz de Mufasa, sus palabras y la escena que lo acompañaba, lograba un golpe de efecto sentimental a varios de los padres presentes que -algunos lo disimularon- les hizo humedecer los ojos de lágrimas emotivas por unos segundos. 

La experiencia inmersiva del film cumplió su objetivo y muchos ya tienen en mente volver al cine para disfrutarlo en familia.

PROTAGONISTAS

 

  • Alexis Rojas (10)

"Estuvo muy buena. Me gustó mucho más que la anterior. Quedé impresionado por las imágenes. Incluso cuando se muere el padre del Rey León me hizo llorar mucho. Los sonidos y efectos visuales me encantaron. La de dibujos animados me quedó muy lejos, que casi no la recuerdo. Por eso, entre esta y la otra, me quedo más con la nueva. Me gustó mucho".

 

  • Ismael Suárez (20)

"La emoción que sentí con la primera es la misma que tuve al ver la nueva. Me impresionó mucho el CGI, la historia es la misma. Mirarla siendo hoy grande, me tocó en lo profundo de mi infancia. Me hace recordar como fui. Además, la película me hace vivir dentro de ese mundo, está muy buena. Me dan ganas de verla ahora en casa para descubrir otras cosas y pensarla de otra manera".

 

  • Gabriela Agüero (30)

"La veo mucho más real, pareciera que uno está metido en la selva. Las enseñanzas del padre y del mono que le dan a Simba, son tan fuertes en su significado que hacen emocionarse completamente. La calidad del sonido y la imagen cuando los leones suben a la cima de la montaña, en un momento me dio vértigo. Está increíble, dan ganas de volverla a ver".

 

  • Melina Suárez (19)

"Me gustó mucho verla ahora, porque me trajo muchos recuerdos de mi infancia. También me encantaron los efectos especiales, me pareció muy bonita, aunque muy corta. Simba al principio de chiquito, tenía una mirada diferente al padre, era muy soberbio. Pero al crecer, cambia su carácter y se acordó de sus raíces, no los olvidó, eso fue lo que más me gustó".

 

  • Martín Suárez (22)

"Cuadro por cuadro es muy similar, impresionante, la animación que tiene. Como si hubieran entrenado a los animales. Es muy difícil distinguir qué es digital o qué es real. Hay escenas reinventadas que son fascinantes y muy realistas. Me hizo sentir como un niño otra vez, me hizo ver los años que pasaron en mí y el mensaje es cuánto creciste y cuánto cambiaste en la vida".

 

FOTOS MARCOS URISA