No viene muy seguido (la última vez fue para las fiestas), pero cuando viene, aprovecha a full. En unos pocos días que estuvo en San Juan, María Julia Aguiar (30) fue al casamiento de una amiga, compartió con familiares, salió con otras amistades y hasta se tomó el tiempo para dictar un workshop de pole dance, disciplina que combina arte y deporte, que la atrapó completamente, por la que se jugó y guardó el título de Contadora que recibió en Córdoba, que la empujó a radicarse en Buenos Aires hace un año y medio (es instructora y atleta del Art Dance Studio Pole Dance, Acrobacias & Fitness), con la que consiguió importantes premios y que ahora, luego de trasladarla por diferentes ciudades del mundo, la llevará a Chipre, el 25 de octubre. Pole Art es el certamen internacional que se desarrollará allí, donde en la exclusiva categoría ‘Star’ compiten sólo 13 chicas de todo el mundo. Entre esas 13 -de Rusia, Reino Unido, Ucrania, Francia, etc.- hay dos argentinas: la cordobesa Victoria Ramé (quien fue su compañera) y ella… que todavía no puede creer lo alto que logró trepar en esto que cada vez gana más cultores y que boga por convertirse en actividad olímpica.

‘En este torneo tiene mucha importancia la parte artística, desde el vestuario hasta la estética, pasando por la originalidad. Y es el único torneo que tiene la categoría Star, o Estrella, donde hay 13 chicas y ahí estoy yo…’, cuenta. ‘Cuando yo empecé pole miraba videos de una chica de Finlandia, que ya era una de las mejores del mundo; y en este torneo competiré con ella… Lo más emotivo para mí es ver a esa gente tan grosa y estar con ellas, es una experiencia increíble… Y que haya dos argentinas entre trece del mundo, es muy bueno, muy bueno para Sudamérica’, se entusiasma Julia, que el año pasado ganó el Primer Puesto Argentino y el Primer Premio Sudamericano, lo que le abrió muchas puertas, ente ellas la del Mundial de Bucarest (Rumania), donde quedó cuarta, a dos puntos de la tercera y con excelente devolución del jurado.

‘Cuando veo las medallas que tengo, es como la historia… empieza con bronce, luego de plata y después de primer puesto, que equivaldría al oro… y luego una medalla mundialista… ahí se ve el trabajo y cómo cuando uno es constante se puede. Yo quizás no soy la mejor atleta ni bailarina, pero con trabajo se logra. Y estoy tranquila de que siempre hice todo lo posible’, reflexiona la muchacha, que en noviembre también competirá en el Argentina Pole Championship, categoría Elite Femenino.

‘Nunca me imaginé llegar a esto. Siempre dije ‘lo hago como un hobby, un par de años y luego dejo’. Por eso para mí la decisión de dejar todo e ir a Buenos Aires fue muy importante; y estoy súper agradecida, porque ellos vieron algo en mí, yo todavía no era campeona y apostaron a mí’, dice Julia, quien confiesa que en su casa al principio fue bastante cuestionada su decisión de no ejercer su título universitario, ‘porque no sabían bien cómo era esto del pole, lo relacionaban con un cabaret (risas), hasta que empezaron a conocer y bueno, un día mi papá me dijo ‘arriesgate, cualquier cosa podés volver a casa y empezar de cero’; y ese fue un gran empujón’.

Luego de haber pasado por varios deportes, de chica hizo cuatro años de danza; y eso es lo que marcó la diferencia a la hora del Pole. ‘Lo que me caracteriza hoy es que soy como una bailarina. Muchas vienen de la gimnasia artística y es como que hacen muchos trucos, pero les falta ese arte, ese sentimiento’, comenta la atleta-artista, para quien la bisagra en su carrera fue un torneo de Londres, donde de 45 participantes -entre las que se contaba- se elegían 10 finalistas. ‘Cuando estaba entrando en calor, veía a las chicas… las rusas se ponían los pies en la cabeza… las chinas eran unas bestias…. imaginate. Y cuando dijeron que quedé entre las 10… no te puedo explicar. No lo podía creer… lloré de la emoción, estaba muy, muy feliz. Cuando iba a la final, iba con mi bolso, mi uniforme de Argentina cruzando el parque y no podía creer. ‘¿En qué momento pasó?’, me decía… y lo disfruté muchísimo. Se pasan muchos nervios, pero una vez que salís, son tres o cuatro minutos donde das todo, contenta, y luego ya te relajás’, se explayó Aguiar, que aunque no tiene cábalas, antes de salir escucha Waka Waka, de Shakira, ‘con una letra súper motivadora, que me inspira’.

En la cresta de una ola que sigue creciendo -casi todos los meses tiene un viaje, a competir o como jueza-, la atleta dice que el pole ‘se está moviendo mucho en todo el mundo, especialmente en Sudamérica’. Pero es conciente que aún muchos no saben bien de qué se trata. ‘Si decís pole, no entienden mucho. Cuando decís caño, te entiende todo el mundo’, se ríe la sanjuanina, que no se pliega a los prejuicios que rondan la actividad; y que dice que Showmatch ayudó a popularizarlo. ‘Hay una rama más sexy, con tacos, el pole exotic; y la gente lo hace para divertirse y de paso entrenar el cuerpo… pero dentro de un salón. No es mi especialidad, pero he tomado algunas clases cuando quiero despejar un poco. Claro que no lo haría con una tanga, no me interesa ese lado. Y luego está el pole dance o pole sport, que es otra cosa, más competitiva, más atlética y artística, muy exigente…’, sostiene Julia, quien entiende que ‘tal vez esto arrancó como una moda, como el cross-fit, pero estoy segura que el pole llegó para instalarse. Lo que aspiramos es a que se convierta en deporte olímpico; para lo cual necesitamos que lo practique tanta cantidad de gente en tanta cantidad de países. Todavía estamos lejos, pero esa es la meta’.