La batuta y el libro de las partituras no se le despega de sus manos, los abraza con cariño, al igual que su carrera. Una botellita de agua lo ayuda para tomar una pausa, pero breve, porque a la hora de ensayar, el director Enrique Ricci no quiere nada librado al azar. El maestro argentino radicado en Barcelona, tiene la más alta responsabilidad de que Aída, la próxima gala lírica que se verá el sábado 17 de noviembre, salga perfecta. Apenas arribó a la provincia, se puso a trabajar con la Orquesta Sinfónica de la UNSJ en la sala del Auditorio Juan Victoria, cuyos músicos lo recibieron con muy buena predisposición. Durante la primera etapa de la preparación de la ópera, Ricci y los músicos llevan una lectura del material orquestal con el fin de hacer los primeros acercamientos a la obra de Giuseppe Verdi. Las sesiones comenzaron esta semana y los integrantes de la orquesta se adaptaron rápidamente. ‘Estoy feliz por dirigir esta obra con la orquesta sinfónica, poniendo toda mi experiencia. Noto la buena receptividad y el interés para que el espectáculo sea bien escuchado. Como se dice en España, aquí todos dejamos la piel’, comentó el director luego de revisar una de las arias más difíciles dentro del repertorio musical de Aída. Para la semana que viene, vendrá el turno de ensamblar la parte musical con los coros a los tres coros -el Universitario, el Vocacional y el de la Ópera- más los intérpretes solistas en tres ensayos previos al día del gran estreno. Pero el trabajo de Ricci no terminará allí ya que habrá otra puesta muy importante para el 7 de diciembre bajo su tutela: Carmina Burana, título que concluirá la temporada 2012 de la Fundación Ópera de San Juan.

Crédito Hugo Elizondo