Vino el año pasado, como protagonista de su versión del Fantasma de Canterville y para dictar un taller; y el mes próximo Pepe Cibrián Campoy regresará a la provincia no sólo para anunciar su nuevo espectáculo y brindar otro seminario, sino también para seleccionar -de ese taller- entre 13 y 20 personas que formarán parte de Otelo, musical protagonizado por Juan Rodó que integra la programación 2009 de Fundación Protea y que se verá en el Teatro Sarmiento el 12 y 13 de junio.

El taller -que no es un casting, como subraya Cibrián y que tendrá lugar el 29 de mayo en Osde (General Paz entre Catamarca y Sarmiento)- será de siete horas y tendrá un costo de $100. Allí mismo serán elegidos los sanjuaninos que, en distintos roles importantes y para quienes incluso se confeccionará un vestuario original, tendrán la posibilidad de sumarse al elenco de Cibrián, luego de un intensivo entrenamiento que realizarán con un asistente del famoso productor y director, unos días antes del estreno.

La yapa llegará junto con Otelo, ya que para el 13 de junio será Juan Rodó (Drácula, El Jorobado) quien dará un taller de un par de horas, donde abordará el tema del canto y la comedia musical, y que será de acceso gratuito; aunque tendrán prioridad quienes realizaron el seminario de Cibrián, tal como informaron desde Protea.

Los interesados en realizar las actividades comandadas por Pepe Cibrián (el cupo es limitado, de unas 80 personas) podrán obtener información al teléfono 154134492.

La obra

Adaptación libre basada en la obra de William Shakespeare, con libro y letras de Pepe Cibrián y música de Angel Mahler, en esta puesta que se estrenó en enero pasado, no son los celos el móvil principal, sino la traición. Por eso no es Otelo-Desdémona el contrapunto central, sino que el eje lo marca la relación entre Otelo, Yago y Casio, a quienes siente sus hijos, y que son una suerte -como dicen- de Caín y Abel.

Con la corte veneciana como escenario, todo marcha bien para Otelo, príncipe negro que defendió a Chipre y es apreciado por sus méritos militares, además de conquistar el amor de Desdémona, hija de un noble. También formó en el arte de la guerra a los hermanos Yago y Casio; pero la tragedia se desata cuando nombra lugarteniente al último de éstos, ante la ira del primero, que se siente traicionado y pergeña la venganza, a punto de enloquecer al protagonista, que de ser un hombre sólido pierde toda confianza en sí mismo y se convierte en víctima de un tormento interno descomunal.