Nuevamente, como desde hace once veranos, las risas pícaras y la energía juvenil han tomado el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson. Son los 300 niños y jóvenes que asisten diariamente al Vacacionarte donde despliegan su creatividad y generan nuevos intereses.
Cada año se planifica una temática que atraviesa los talleres de manera transversal y luego sirve para aunar la exposición final. Este 2020 la estrella será la Colección permanente del museo, ya que acaban de renovar el guión curatorial y por lo tanto nuevas obras expuestas.
"Cuando elegimos la temática siempre se tiene en cuenta la colección, pero este año solamente se trabajará sobre la colección. Todo lo que está en la Sala 5 es tan actual, la violencia, el concepto de territorio, la introspección y cómo llega una persona a crear, pensar y hacer en función de un determinado pensamiento o sensación, que eso se puede trabajar mucho con los niños y adolescentes, de hecho es importante trabajarlo" contó Pepa Mariel, encargada el área de Educación de la institución, sobre el modo de trabajo este año, que de esa manera pondrá el foco sobre las obras exhibidas en las Salas 4 y 5 pero también en las de Sala 1 y 2 que si bien también son obras de la Colección permanente, las muestras serán reemplazadas en marzo.
Los grupos separados por edades, van rotando por cada taller y los profes adaptan la actividad del día de acuerdo a eso. Por eso con las chicas de Pintayaseando, el taller con una orientación más lúdica, todos se divierten de diferente manera y entonces el grupo adolescente aprendió a construir lo necesario para realizar burbujas gigantes. ¡Magia pura!
Mientras que en el anfiteatro bailan hip hop, nuevamente cada grupo con su dinámica. Los pequeños son una delicia bailando el "Baby shark". En el foyer del subsuelo, chicos de unos 12 años conocen nociones sobre animación plana en el taller de Territorios escénicos y máquinas de mirar; otros tejen un laberinto para Textil. En el primer piso pequeños se estiran y buscan el equilibrio. No es la clase de yoga (que está cerca de la entrada y junto con hip hop es de la que más parecen disfrutar) sino la de Escenografía teatral y es que están "tomando contacto con el cuerpo y el espacio". En la Sala 2 hacen grabados con acetato; y en otra sala, en Ritmos y sonidos brota la música, en tanto que en Mural, adolescentes copian desde el papel sus diseños.
"El objetivo siegue siendo el mismo, llegar a los niños y que desde muy temprana edad puedan naturalizar los lenguajes del arte y lo vayan comprendiendo de manera divertida, entretenida", dijo Mariel convencida de la misión que desarrollan, que nuevamente está en marcha.
CREDITOS Maxi Huyema