Chico Buarque lanzó su primer disco hace 51 años, desde entonces no paró, publicando hasta la fecha una incontable cantidad de ábumes en estudio, en vivo, solistas, en colaboraciones con otros artistas. Pero esto no termina en lo estrictamente musical, porque Buarque también es poeta, dramaturgo y novelista, con lo cual escribió 9 novelas y 6 obras de teatro.

 

Buarque fue uno de los pioneros de la música popular brasilera después de la bossa nova en los 60s. A diferencia de sus pares en el movimiento Tropicália, como Caetano Veloso, Gal Costa, Gilberto Gil y Maria Bethânia, entre otros, Chico Buarque no era cultor del arte pop de la época, ni guardaba la esperanza de ser una estrella pop.

 

 

A sus 73 años, este cronista y arquitecto de canciones nos entrega “Caravanas”, un trabajo con 9 pistas, en donde recorre distintos estilos musicales y toca distintas temáticas como el amor, envejecer dignamente y la violencia institucional. Siempre con ese toque característico de la perfecta convivencia entre palabra, armonía, métrica, melodía, ritmo y rima, algo en lo que siempre sobresalió, es por ello que es justamente un “arquitecto de canciones”.

 

 

Abre el disco “Tua Cantiga”, y comienza diciendo “Cuando me extrañes, cuando tengas un nudo en la garganta, basta que suspires e iré rápidamente a consolarte”. Luego se pone el traje de cronista en “Blues Pra Bia”. La belleza melódica llega con “A Moça Do Sonho”, donde el chelo se suma a la guitarra de Luiz Claudio Ramos. “Jogo Da Bola” tiene ese fraseo del que Buarque hace gala, y cuando parece que no que le queda más aire, encuentra el momento exacto para tomar más y seguir cantando.

 

 

“Massarandupió”, fue compuesta e interpretada con su nieto Chico Brown, un gran ensamble de guitarras acústica y eléctrica, arpa y cuerdas frotadas. Llega otra participación familiar, esta vez es su nieta Clara Buarque en “Dueto”,  originalmente Chico participaba en esta canción cuando se la publicó en el disco “Com Açúcar, Com Afeto” (1980), de la reina de la bossa nova Nora Leão. Un acordeón haciendo de organillo y una delicada instrumentación, con una versión actualizada haciendo al final una lista de redes sociales.
 

Luiz Claudio Ramos se hace cargo de la guitarra y los arreglos en el bolero en español “Casualmente”. Y “casualmente” en la siguiente pista titulada “Desaforos”, Buarque confiesa “Soy apenas un mulato que toca boleros”.

 

 

Parráfo aparte para “As Caravanas”, la canción de final abrupto que cierra el álbum, con un Buarque dramático y urgente. Aquí vuelve a calzarse el traje de crooner que tan bien desempeña. En menos de 3 minutos describe una cruda y cruel realidad social que se vive en Brasil, algo que es mucho más que una grieta, se trata de la situación con los refugiados y favelados a quienes la sociedad los ubica de un lado, y del otro se encuentra “la gente ordenada y virtuosa” que se ve obligada a retroceder temerosa al ver a estos “tipos musulmanes suburbanos” y “torsos negros desnudos”, aquellos que para evitar ver esta realidad piden a la policía que los envíe de regreso a África o de donde vengan.

 

Algo muy parecido a lo que tantas veces hemos escuchado en los medios nacionales con gente que se queja de los inmigrantes de países vecinos, como si ser de otro país les bajara el precio, como si fueran menos humanos por ser extranjeros. “Hija del miedo, la rabia es la madre de la cobardía”, sentencia Buarque, acompañado por Rafael Mike, integrante del grupo funk Dream Team Do Passinho. Buarque encuentra la forma más bella para describir la realidad más cruel.

 

En “Caravanas” Buarque no se reinventa, no hay nada que inventar, se para en su lugar y da una muy interesante mirada de lo que pasa a su alrededor acompañado por una música exquisita. Calificación: 4 estrellas de 5.