Ellas los prefieren con botines, fama y generosas cuentas bancarias. Al menos, así lo refleja Botineras, la tira de Telefé, protagonizada por Nicolás Cabré, Romina Gaetani, Isabel Macedo y Florencia Peña. Allí -en clave de ficción- se evidencian los pormenores del mundillo de aquellas que asedian a los deportistas y sus ribetes más inescrupulosos. Con más o menos realismo, el fenómeno existe en Capital Federal. ¿Y aquí? ¿Hay botineras en San Juan?.

Si bien la respuesta no es unánime ni mucho menos oficial, un sondeo por distintos planteles locales y periodistas experimentados en el rubro habilita, al menos, a decir que -salvando distancias y en sus proporciones- la provincia no es ajena al "fenómeno".

"Yo no me siento identificado con el programa, pero sé que existen algunas en San Juan. Por las dudas, no tiro nombres para no quemar a nadie", dijo un cauteloso Marcos Quiroga de Desamparados. "Están y pasan muchas cosas, pero lo que se habla en los vestuarios queda entre nosotros. Hay códigos" acotó Gonzalo Parisi, compañero de plantel.

Esa línea de reserva es comprensible. Es que a buena parte de las botineras -dicen- no les importa el estado civil de su blanco y están dispuestas a jugar en primera en el campo de sus objetivos; arremetida que le deparó tarjeta roja a más de un astro local.

"Las botineras sanjuaninas existen y las seduce el poder de los jugadores de primera división, sobre todo los de San Martín, que son los que más ganan y cobran entre 28 a 30 mil pesos", comentó el periodista deportivo Mario Castro, quien -a modo de anécdota- agregó que "hay un conocido jugador local que se separó por una botinera. También conozco a otros que salían con hasta tres. Igual, hoy los jugadores están más tranquilos que hace un par de años".

Qué buscan

Si bien en esta parte del mundo nadie vive como el Chiqui Sosa de la tira, el buen pasar de los jugadores no es un atractivo menor para estas sinuosas chicas. Los muchachos tampoco ostentan aquí la popularidad de la que gozan en Capital; pero en su modesta medida parece que alcanza.

"En San Juan no pasa lo de Botineras. La gente no reconoce tanto a los futbolistas ni ganamos como ellos. La plata que tiene el Chiqui Sosa es impresionante a comparación de lo que puedas llegar a ganar acá", dijo Maximiliano Pascual de Alianza, convencido de que las botineras persiguen a los jugadores para hacerse famosas: "Fijate Evangelina Anderson con Demichellis, Guercio y Romero; o Granata, la mina vende y vende y vende gracias a su relación con el Ogro".

"El fútbol acá se vive de otra manera. No ganamos como los clubes de primera división de Buenos Aires y tampoco creo que exista tanta movida botinera en San Juan. Tampoco hay un boliche como Esperanto", sostuvo Jorge Steiner, el 9 de Unión.

Aunque coincidente con sus colegas "Hay mucha fantasía sobre la vida privada los futbolistas y creo que los programas de chimentos son responsables de agrandar la cosa", dirá Sosa de Desamparados, "hay muchas chicas que se acercan a los jugadores por la fama o por la billetera y se olvidan de las cualidades personales. Por suerte no me pasó, pero uno se da cuenta cuando alguna se acerca por interés".

Con tanta ambición dando vueltas, de todos modos resulta una odisea encontrar acá a una botinera "contigo, pan y cebolla". El afán "con vos me paro para toda la vida" sigue siendo reincidente.

Modus operandi

No está escrito en ningún lado, pero hay un "manual botinero" para llegar a la meta. Serán claves, si se quiere, no sólo mantenerse atractiva, sino también frecuentar pubs y boliches específicos -como algún lacrimoso de Av. Libertador u otro burbujeante de calle Mendoza-, ir a ver algunos partidos, tener una amiga o RRPP que presente y frecuentar fiestas a las que se entra por contactos.

"Hay botineras en San Juan y están por todos lados. Sobre todo, se las ve en la cancha y en los boliches. Las encontrás solas y acompañadas. Los pantalones cortos las enloquecen", revela Gonzalo Parisi de Desamparados.

"Suelen frecuentar algunos boliches de Av. Libertador y Av. Rioja. Les gusta tomar champagne con los jugadores, se manejan en grupo y siempre hay un datero que las presenta. Es fundamental para ellas estar con el tipo famoso porque los jugadores tienen poder mediático. Lo mismo ocurrió en la época de los mundiales de hockey en San Juan, que fue terrible" recordó con picardía Mario Castro.

"Aunque no me gusta la tira de la tele, sí es cierto que las botineras tienen intermediarios. Cuando una chica quiere conocer a algún jugador, los RRPP de los boliches se encargan de presentarlos. Pero en San Martín no pasa tanto eso, en Buenos Aires se nota más que acá", dijo Guillermo Pereira.

Quedó claro que las botineras sanjuaninas no son ficción. Y que a su escala, pululan por San Juan. Es cierto que no son Evangelina Anderson ni Wanda Nara , pero sí juegan a ser Romina Gaetani o Isabel Macedo. Y, si se da, están dispuestas a meter un gol de media cancha. Con replay en efectivo, claro.