Que David Beckham se fije en ella, debería haber sido para Karina todo un elogio. Sin embargo, a ella no le movió ni una pestaña que el exfutbolista más codiciado del mundo, por el cual se pelean las marcas más importantes de la moda internacional, quisiera comerla con la mirada. Y eso que iba acompañado de su esposa y madre de sus hijos, la ex Spice Girls, Victoria Adams…

El flash de Beckham fue en el lobby del hotel donde ambos coincidieron. Ella pasó frente a la mirada de sus ojos claros

y lo mató con sus exhuberantes atributos.

Al verla pasar, David hizo un quiebre de cabeza y le preguntó a un mozo del complejo quién era esa mujer que había visto pasar, esa diosa bajada del cielo. Quizás pensó, por un momento, que esta belleza argenta se derretiría por su sola presencia. Pero se equivocó.

El empleado llevó el nombre de la Jelinek escrito en un papel y, según allegados, al ver sus fotos subiditas de tono en Google, pegó el gritó en el cielo: "¡Por Dios, qué linda es!", habría dicho. De hecho, una amiga de la diva (que estaba también en el hotel) afirmó que ella hasta rechazó una invitación del exjugador. ¿Será cierto?

"No me gustan los hombres casados ni que tengan más de 30 años", aseguró la morocha, de 34 pirulos, con sus 92-60-90 cm. repartidos a la perfección en su 1,74 metros de altura. Fuiste, pajarito… Un proyectil directo al orgullo del deportista inglés.