Conocido en el ruedo periodístico y político como ‘Quito’; a sus 81 años de edad, Francisco Bustelo Graffigna se encuentra ultimando su primer libro autobiográfico ‘Una voz de San Juan’, en cuyas páginas estarán plasmadas curiosidades y experiencias de su labor profesional, matizadas con aspectos personales, con el prólogo de Juan Carlos Bataller. La presentación está prevista para el 6 de junio y, aunque todavía no está definido el lugar, se prevé que podría ser en la Biblioteca Sarmiento de la Legislatura Provincial.
Sentado en un cómodo sillón, con el sol que entra por la puerta ventana de su jardín y entibia su pálido rostro -la imagen es casi cinematográfica- hizo un repaso sobre su vida, como si se encontrara frente a los micrófonos.
Quito tuvo 6 hijos: 4 con su primera mujer, de la que enviudó (Francisco, Mariana, Gastón, María Del Pilar), y 2 con Adela, su segunda esposa (Juan y María Soledad, a quien se refiere con pesar: ‘Ella no está bien, está como yo ahora, sin poder caminar…’). Es esta señora el centro del hogar, quien se encarga de asistirlo, porque Francisco debe movilizarse en silla de ruedas debido a la enfermedad que lo aqueja hace muchos años; causa por la que también tuvo que abandonar su colaboración en radio La Red. Pese a estas pruebas del destino, su amor permanece intacto: ‘Fue lo mejor que he tenido en mi vida. Tuvo que soportar la actividad política por la que tenía muchos viajes y estadías en Capital Federal, aunque ella trabajaba en Buenos Aires y ahí la conocí’.
Dueño de una memoria prodigiosa, lo que puede adelantar del texto es que, de acuerdo a sus vivencias, se dividirá en 4 partes: su trabajo en Bodegas Esmeralda, su desempeño en Radio Colón, su participación en el Banco de San Juan -donde fue presidente en 2 oportunidades- y su actividad política. ‘Él no podrá caminar, pero tiene una mente…’, dice con admiración Adela, y es ella quien revela, el verdadero motivo del escrito: ‘Una vez que dejó La Red, fue su psicóloga la que se lo propuso para mantener el ejercicio mental, ayudado por una estudiante Filosofía que durante un año lo grabó’.
Su pasión: la radio
Retrocediendo en el tiempo, Bustelo señala que el segmento de mayor notoriedad del libro, según él, es el que cuenta su etapa en Colón; ‘Porque, a pesar de pasar por distintas funciones, nunca la dejé, allí estuve 50 años, mucho tiempo…’.
Y, apenas empieza a contar, sus ojos verdes se iluminan: ‘La emisora era de la familia Graffigna y su director, Alfredo, me permitió estar un tiempo en el que aprendí todo como subdirector, pero estuve muy poco en ese papel porque hubo un problema interno, mi primo tuvo que retirarse y quedé yo. Junto a un grupo muy importante de gente le dimos una dinámica comparable con lo que se hacía a nivel nacional. Trajimos el primer móvil desde Chile, lo que fue una revolución en San Juan porque fuimos los primeros por iniciativa del ingeniero Graffigna. También impusimos los jingles musicales; hicimos 70 en mi período directivo’.
¿Si en ese cargo fue estricto? Primero se encarga de explicar: ‘En algún momento, Colón tuvo más de 100 personas trabajando, teníamos 5 secciones bien definidas, tuvimos a Terragno en Suiza cuando empezaba la Argentina en la Organización Mundial del Trabajo y a Lucho Román en Colombia con el Papa Pablo VI, que al otro día aparecía en los diarios con un diploma nuestro; y a Jorge Luis Borges visitando nuestras instalaciones con Nina Galván. Y luego reconoce: ‘Los retaba, sí, tenía muy mal carácter. Yo me metí a hacer periodismo y a veces las cosas no salían o había errores en la transmisión’. ‘Colón terminó como no hubiera querido. Yo quería una radio para toda la vida, pero le hubiese sido difícil competir con la revolución tecnológica…’, piensa en voz alta.
Su paso por LV5 Radio Sarmiento también forma parte de ese tren de recuerdos. ‘Lo que pasó es que me peleé con la gente de Colón por cuestiones de acciones, patrimonios y bueh… Pero después volví. En Sarmiento estuve como periodista raso y me tocó una época linda, la de Leopoldo Bravo con la instalación de la Ley de Promoción Industrial para la Provincia y la llegada de grandes empresas como Gancia’, dice.
¿Y la actualidad radial? ‘No podés dejar de pensar que el trabajo humano va a quedar relegado o, por lo menos alguna de sus partes, a los recursos informáticos, lo que hace que hoy el periodismo requiera una capacidad especial para superarse. Antes, por ejemplo, la mañana era muy fuerte periodísticamente’, opina quien en sus años mozos como periodista atravesó el periodo militar, durante el cual hasta estuvo unas horas tras las rejas junto a Pedro Hugo Yelamo.
Su fuerte: la política
Además, Bustelo no puede soslayar su pasión por la política, ‘un terreno atrapante para mí’. Allí se encuentra el férreo militante peronista que, entre otras tareas, estuvo con Eloy Camus y así conoció a Isabel Perón: ‘¿Cómo la recuerdo? Muy inútil. Lo que pasa es que Perón creó la fórmula Perón-Perón porque tenía problemas internos, cualquier cargo significaba darle poder a una de las secciones con las que tenía conflicto, entre ellos, los Montoneros, que le amargaron la vida’.
Y manifiesta que en el libro que publicará, dedica unos párrafos a los hermanos Gioja. ‘A César por ser gran amigo mío y a José Luis porque siendo gobernador charlé mucho con él, tuve coincidencias como con respecto a la minería y los diques y creo que ha sido el mejor mandatario de la provincia; y discrepancias respecto a la metodología que empleó en la conducción de algunos problemas del Justicialismo’, refiere.
‘¿Con qué de todo lo que hice me quedo?’, reflexiona a modo de balance. ‘Con el periodismo primero y la política en segundo plano’, asevera este verdadero animal de radio, como se reconoce.

