Desde hace algunos años, la palabra botinera se instaló en la dialéctica popular para definir -con cierta suspicacia-, a toda mujer que "atrapa" a un futbolista, agita su cardio con lujuria y desespera por su billetera. Hasta ahí, una tendencia con peculiar proliferación, mediatizada por vedettes y dentro de un contexto heterosexual. Pero desde que la ficción Botineras (Telefé, 22.30) incluyó un sorpresivo y rendidor romance hot entre futbolistas (interpretado por Christian Sancho y Ezequiel Castaño) -ver recuadro-, se destapó la olla gay del fútbol y hasta demacró su tradicional porte machista. Ante la polémica y la irrupción de una realidad solapada, diversas preguntas salieron del closet. ¿Hay "botineros" en San Juan? ¿Se esconden romances como el de Lalo y El Flaco en los vestuarios sanjuaninos? A grandes rasgos (y al igual que el fenómeno de las "botineras"), el "homo-botin" en la provincia sólo se sustenta a base de rumores. Al menos así lo testimonian diversos DT locales, jugadores de fútbol y voces representativas del ambiente gay, que ponen paños fríos a las especulaciones.
"Lo que muestra Botineras es más ficción que otra cosa. No refleja lo que pasa en el fútbol. Si hay homosexuales, son casos aislados. No conozco ningún caso de romance entre jugadores locales ni quiero conocerlo. Algunos jugadores comentan las escenas del programa y tienen bronca porque no es lo que sucede realmente", aseguró Víctor Cabello, director técnico del Club Atlético Unión. En esa línea, Marcelo Vázquez, DT de Alianza también esbozó equivalencias.
"Vi muy poco la serie y no creo que refleje lo que sucede en el fútbol. Sinceramente, no conozco ningún caso de futbolistas gay. De igual manera, cada uno es libre de sus actos y puede hacer lo que quiera con su vida", subrayó el profesional. La ¿nueva? temática planteada por Botineras fricciona y segrega más esquinas.
"A mí me sorprendió la serie. Nunca escuché ningún rumor sobre algún romance entre futbolistas y tampoco mis jugadores hicieron comentarios", dijo Juan Pagés, DT de Trinidad. Su par, Ricardo Dillon, DT de Desamparados comparte su visión, porque "no me consta que haya jugadores gay en San Juan". El entrenador también desdramatiza. "Mis jugadores hacen chistes al respecto y no es un problema de Estado para nosotros. Si me entero que un jugador mío es homosexual, le diría que haga con su vida lo que quiera. Mientras que no influya su rendimiento en la cancha, está todo bien", comentó. ¿Qué dicen los jugadores al respecto? Lucas Ceballo, jugador de Sportivo afirmó que no ve la tira de Telefé -al igual que sus antecesores- porque "muestran una realidad que se aleja a la del fútbol". Mario Artés, ex jugador de Del Bono, también sumó aristas.
"Con los jugadores nos reímos sobre el tema y lo tomamos con gracia. Pero lógicamente, los rumores siempre existen", agregó.
Si bien la mayoría de las voces autorizadas se alinean en posturas similares, hay otras que se pronuncian antagónicas. La del entrenador infantil Hugo Moreno, es una de ellas.
"No miro mucho el programa, pero ¿de dónde te pensas que sacaron las historias? De la realidad. No conozco ningún caso en San Juan, pero en el deporte en general, siempre hubo deportistas gay. Mis chicos comentan entre ellos las escenas que ven y lo toman con mucha naturalidad. Aunque hay algunos padres que le cortan el programa y no se dan cuentan que existen otras realidades", comentó Moreno.
Otra voz que aporta matices es la de Dany Love, reconocido transformista y cabeza de la disco Rapsodia (la meca gay y friendly de San Juan).
"Me parece que la tira muestra un romance gay desde lo hipócrita, desde la doble vida y el engaño. No lo muestran desde lo adulto o del hecho de jugarse por otra persona del mismo sexo. ¡Imaginate acá en San Juan! Si existen futbolistas que salen con travestis, no te vas a enterar jamás. Para mí no hay destape botinero, hay más hipocresía que otra cosa", concluyó el artista.
El destape gay de Botineras generó coletazos de variada índole y se coló en un deporte de genética machista que no admitía testosteronas "curiosas". De la cancha para adentro, se dice que el "fenómeno" sólo habita en habladurías. Pero no son pocos los que piensan que -como las brujas- que los hay, los hay. Cualquiera sea el caso, la redonda no se mancha.
