La familia es el lugar para formar cultura y valores. De Antonio de Raco y Elizabeth Westerkamp surge Lyl quien casada con Jorge Lechner es madre de Karin y quien a su vez, casada con Pierre Binder, es mamá de Natasha. El recital de madre e hija se inició con Brasileira, de la Suite Scaramouche, de Darius Milhaud. Nacido en 1892, discípulo de D’Yndy, Dukas y Widor estaba muy interesado en la literatura y fue amigo de Paul Claudel y cuando éste fue designado embajador en Brasil, Milhaud lo acompañó como su secretario. Milhaud era como una esponja que se impregnó de ritmos brasileños, y cuando posteriormente se radicó en USA hizo lo mismo con el jazz. Autor de música de cámara, ballet, obras vocales y sinfónicas y creador de la Opéra-minute, su música es inteligente y culta y a la vez, increíblemente ágil y contagia una indecible alegría. En 1917 escribió el borrador de Scaramouche para saxo y orquesta y 20 años más tarde la completó e hizo una reducción para dos pianos. De sus tres movimientos escuchamos el tercero: Brasileira; una risueña increíble presentación de madre e hija. Franz Schubert (1797-1828) aceptó en 1828 dar clases a las hijas del Conde Esterházy y componía para toda la familia. Schubert se enamoró de una de las hijas, Carolina, y le dedicó la Fantasía en fa menor para tocar junto a ella a cuatro manos. Schubert presenta sus obras con trozos de diferentes ritmos y los combina para dar una simultánea impresión de movimiento y a la vez una tranquila quietud. Y madre e hija reflejaban notablemente esa característica. Del romanticismo pasamos al virtuosismo; Paganini compuso 24 Caprichos para violín solo. Witold Lutoslawski (1913-1994), es considerado el mejor compositor de Polonia del siglo XX, y para subsistir durante la II Guerra improvisaba Arreglos de otras obras en los bares de Varsovia. Y uno de estos arreglos fue la transposición de este capricho Nº 24 de Paganini para dos pianos para tocarlo con su amigo Andrzej Panufnik. Eran dos varones y virtuosos para "sorprender" a los oyentes. Por eso no deja de ser impresionante la "Fuerza" de las dos pianistas. Pero además, frente a un ejemplo de lo difícil por lo difícil mismo, quizá en búsqueda del aplauso fácil, sin dejar de admirar la digitación de esta obra me maravilló más la "fuerza" y digitación en la Fantasia de Schubert. Tras el intermedio, madre e hija hicieron un cambio de vestidos y pasaron al rojo. Si asociamos la música de Claude Debussy (1862-1918) con el impresionismo, hubo un americano -James Whistler- que pintó varios paisajes a los que llamó Nocturnos. Debussy esbozó en 1892 una obra Crepuscular, titulándola como los cuadros de Whistler, y decía que buscaba las diversas combinaciones a que puede dar un solo color, como un estudio de grises. Nuages (nubes) expresa el cielo inmutable; por eso lento y melancólico, mientras que Fétes (fiestas) es luminosa y después, marcial. Maurice Ravel la transcribió para dos pianos. De allí pasamos a nuestro país. Pablo Ziegler es un pianista porteño nacido en 1944 conocido además por su asociación con Astor Piazzolla. Su estilo es percusivo y mantiene el modo contrapuntísico de Piazzolla pero con más influencia del Jazz y armonías emparentadas con la bossa nova. Piazzolla podía improvisar, pero dejaba todo escrito, con Ziegler -más jazzístico- se afirma la improvisación. Sus cuatro tangos no van en zaga en cuanto a lo virtuosístico. Asfalto es sin duda el más piazzolliano de los cuatro tangos escuchados y es otra sorpresa inesperada que en lugar de los golpes rítmicos con la mano que hacía Astor con el bandoneón, Natasha los haga con el inmenso piano. En la Milongueta escondida entre arpegios y escalas se adivina melodía milonguera. Lechner, nacida en Bs. As. y mudada a Venezuela y luego a Europa, así como su hermano Sergio Tiempo, nunca perdieron su acento porteño, incluso Natasha que directamente nació en Bélgica. Análogamente Piazzolla, nacido en Mar del Plata en 1921 y emigrado a Nueva York para luego volver y partir varias veces a París o Milán y Nueva York, fue incorporando elementos clásicos a un alma intrínsecamente argentina a la vez que renovando el tango de Buenos Aires y hoy es un compositor valorado mundialmente. Quizá por ese complemento de "argentino de la diáspora" es que las dos pianistas incluyan en su recital tanto tango. En 1960 Piazzolla regresa de Nueva York y crea su Quinteto Nuevo Tango y entre las numerosas obras que va entonces escribiendo figura la Serie del Ángel de la cual escuchamos la Muerte del Ángel. Aunque las continuas síncopas hagan inevitablemente presente al bandoneón, todas sus obras se han transcrito para orquestas de cámara y es ya felizmente casi inevitable que cuanta orquesta o solistas nos visitan dejen de ofrecer una dos obras de Piazzolla. Después de unas emotivas palabras de Karin y mientras se hacía "la Búsqueda de un partitura, nunca encontrada", madre e hija nos regalaron el Galop Le Bal, última de las 12 miniaturas; Jeux d’enfant que Bizet compusiera en 1871 para piano a cuatro manos. Para estas artistas que aprendieron desde los dos años a tocar el piano en su casa, ¡todo esto es casi un Jeux d’enfant!!