El actor estadounidense Jerry Lewis, considerado una de las figuras de Hollywood de los años 50 y 60, falleció ayer a los 91 años en su casa de Las Vegas, rodeado por su familia, según informaron en un comunicado a los medios de esa ciudad. Figura de exitosas comedias como El circo de tres pistas, Artistas y modelos, El terror de las chicas, El profesor chiflado y El rey de la comedia, con una marca distintiva que era el humor físico y gestual, apoyado en un sinfín de poses, muecas, posturas inverosímiles y una asombrosa flexibilidad corporal.

 Se fue en vísperas de participar del teletón -maratón televisiva- que hace más de cincuenta años viene encabezando anualmente destinado a recaudar fondos para la lucha contra la distrofia muscular. Durante las últimas décadas, el actor que nació como Joseph Levitch, el 16 de marzo de 1926 en Newark, luchó contra la dependencia a medicamentos que le fueron indicados para el tratamiento de sus múltiples complicaciones de salud, que lo afectaron seriamente. En los últimos años sufrió cáncer de próstata, una úlcera estomacal, un ataque al corazón, una fractura en la columna y una grave enfermedad pulmonar. 

Lewis fue poco apreciado por la crítica especializada en su país, debiendo soportar frecuentes escarnios, ironías y calificativos. Alguien llegó a definirlo como "un mimo que raya en la idiotez". Sin embargo supo cautivar a su público y al extranjero al que arrancó sonrisas con esa gestualidad, su habilidad para modular hasta 30 voces diferentes y su expresión tan conocida de adulto aniñado.