Una apasionada por las letras, desde los 11 años Yolanda Jaime lleva todas sus ideas al papel. Hojas y hojas de textos circulan por su casa, con sueños de convertirse en páginas de un libro que nunca fue. Pero a sus 78 años, la vida le dio revancha. Cuando nacieron sus dos bisnietas, Martina Serra Molina y Giuliana Giovanini, el año pasado, les dedicó dos breves cuentos. Y resultó ser que la inspiración fue tan poderosa, que se zambulló en otros relatos para un proyecto mucho mayor. Hoy está a punto de publicar una serie de 6 relatos para niños titulada "El cuento de la bisabuela". Editada de manera independiente y con la colaboración de Daniela Bianchi en las ilustraciones, Yolanda presentará sus obras en la Feria del Libro de Rawson, en octubre próximo.

"Esta idea empezó cuando nacieron mis bisnietas pero me dije ¿por qué no animarme a publicar? Entonces no tenía mucha experiencia y para mí es un gran comienzo", dijo Yolanda, que además es miembro activa de "Papelnonos" en San Juan, una agrupación de adultos mayores que realiza presentaciones musicales utilizando instrumentos fabricados con papel. "Toda mi vida me dediqué a escribir en mi tiempo libre, entre poemas y narraciones me nace la inspiración y cae a mi mente como agua de manantial. Muchas veces, el pensamiento es más rápido que la mano para escribir. Esta vez no dejé pasar la oportunidad de poder llegar a los niños", comentó entusiasmada.

Las historias que relata en sus libros hablan de personajes comunes, de animales e insectos caracterizados, de aventuras, de ríos, brujas malas, perros y gatos; y también leyendas fantásticas acerca de unos yuyos milagrosos que, al pronunciar tres veces la palabra "andmolpisclagio", los deseos se vuelven realidad. "Trato de no caer en la fábula, pero sí pretendo que en cada historia concluya con una moraleja", agrega la bisabuela. "Que los chicos lean y así internalicen valores positivos al valor de amar y proteger al otro, de no pretender cambiar a los demás sino cambia uno primero. De respetarnos y respetar".

Curiosamente, el refugio creativo de Yolanda se encuentra en la cocina de su casa. Allí el espacio es compartido por una modesta biblioteca en cuyos estantes reposan enciclopedias, algunas obras celebres como La Iliada de Homero y muchas revistas culturales. Aunque también tienen un importante lugar los libros sobre cocina y moda. Yolanda pasa largas horas cocinando palabras, plasmando ideas, versos y narraciones. Y aunque tiene su computadora, lo llamativo es que lo hace a mano, a la vieja escuela y con una asombrosa precisión caligráfica. Luego, pasar sus materiales a un procesador de textos, es para ella el mayor desafío, porque aún no entra con mucha seguridad al mundo digital. "Con la computadora, no soy muy canchera, pero de a poco estoy aprendiendo. Sin embargo, me acostumbré a escribir siempre en cualquier papel que encuentro. Invento algún personaje, una situación, algún sentimiento. Todo vuela libre en el aire", contó la mujer, que tiene una suerte de agenda armada con pequeños papelitos, un "ayuda-memoria" donde anota compromisos y actividades cotidianas, reuniones y aniversarios. En fin, buena parte de sus relaciones sociales se ven reflejadas en esas anotaciones.

"Ser escritor es un oficio nada fácil de llevar, es caro publicar. Se necesita mucho dinero para lograr un libro. De todas formas, yo lo que quiero es llegar a los chicos", concluyó la bisabuela que se encuentra trabajando para compilar sus seis tomos en una edición completa y que incluya un disco de música infantil.