Como una descarga eléctrica masiva, arrasadora, imparable. Así vivieron el esperado regreso de AC/DC a la Argentina -luego de 13 años de ausencia- los 60 mil admiradores del combo liderado por Angus Young, que el miércoles pasado se reunieron en River.
Síntesis perfecta del espíritu del grupo, que ocupa un lugar de privilegio en la elite del rock mundial, el fastuoso show arrancó con una locomotora manejada por Young, descarrilando e irrumpiendo en el escenario al ritmo del contagioso Rock n’ roll train, al que le siguió Hell Ain’t a Bad Place to Be, del disco Let There be Rock de 1976, cuando todavía Bon Scott estaba vivo y era el cantante de la banda. Esas canciones fueron elevando a la gente, que estalló cuando sonó el riff de Back in Black, haciendo saltar los tapones en Núñez. Otros cuatro minutos de rocanrol caliente llegaron de la mano de Big Jack, que les develó a los más jóvenes -aquellos que no estuvieron en River 1996- el misterio de Angus Young y su SG, con la que ejecutó todos los trucos y perlitas que los fanáticos esperaban, desde punteos pirotécnicos hasta el strip-tease de The jack.
"Hola Buenos Aires", saludó el histriónico Brian Johnson en castellano para luego agregar en inglés: "no hablo bien el español, pero si hablo rocanrol". Y esas palabras le dieron paso a los primeros acordes de Dirty Deeds Done Dirt Cheap, que provocó otro delirio generalizado.
La marea humana se agitaba mientras Johnson con su garganta ronca y Young con sus riffs cubrían la noche de la indudable atmósfera del rocanrol más puro y en su mejor expresión. Así mantuvo la banda al estadio, en permanente tensión, hasta hacerlo estallar con You Shook Me All Night Long, el hitazo del disco Back in Black de 1980, que la gente cantó extasiada hasta arrancar el "Gracias por cantar conmigo" de Johnson.
Después de otros memorables -desde clásicos hasta lo último, Black Ice- la despedida llegó con For Those About to Rock (We Salute You), a cuyo final sonaron las salvas de unos cañones de utilería que emergieron de los costados del escenario, a los que se sumaron fuegos artificiales que coronaron un reencuentro insuperable, que los AC/DC registraron con miras a un DVD. (Télam, 10música.com, Crítica, Rolling Stones, Terra)

