Llevan 14 años tocando cuarteto juntos, desde que eran adolescentes. Pasaron por numerosos escenarios, tanto en San Juan, como en otras provincias. Incluso cruzaron Los Andes, para asistir en importantes festivales de Chile. Hace poco lanzaron su tercer álbum "Dale que va", el cual CAPIF les otorgó un disco de oro. Con un año positivo en shows, en la calle, en los bailes convocando a casi mil espectadores por función, ¿qué más podía faltar? Buscar otros horizontes. Y su meta ya está fijada: instalarse en Córdoba, la cuna del cuarteto argentino. Es el destino que se trazaron los 15 músicos que integran el grupo sanjuanino Omega, la primer banda sanjuanina que tiene la posibilidad tirar anclas en otra ciudad. Quedan pocas semanas en que su manager Alejandro Flores y los cantantes Hugo Flores, Maximiliano Castro y Luis Galleti despeguen de tierras cuyanas para abrir paso hacia la plaza más importante de la música cuartetera reinada por La Mona Giménez.

"Estamos viviendo una etapa muy positiva, de aprendizaje y crecimiento. La posibilidad de vivir a Córdoba y hacer nuestra carrera allí, es el sueño que tuvimos de chicos", señaló Ale, director musical del grupo. Su hermano Hugo, la primera voz del conjunto agregó: "Tomamos una decisión fuerte. Dejamos atrás amigos y familiares. En ese aspecto nos sentimos algo tristes, pero por otro lado estamos felices por esta oportunidad que siempre esperábamos. Hoy se nos dio".

Aunque en otro tiempo, hubo algunos intentos por parte de otros músicos locales como el grupo Felicidad y El Yeyo, sin embargo continuaron por diversas circunstancias trabajando en San Juan.

Hacer punta en Córdoba no será tarea fácil. Para ellos, donde deberán adaptarse a muchos cambios profundos, será un desafío enorme. Pero no estarán solos. Allá poseen valiosos aliados que los ayudarán en su nueva etapa. "Tenemos artistas colegas que nos hicimos amigos. También, Mario Pereyra y Rony Vargas son un parlante importante que nos está dando una mano enorme en la difusión", dijo Hugo. Los chicos Omega trabajan junto a Diego Ribba, compositor y productor musical para numerosas bandas consagradas como La Barra y Trulala, es el arreglador de todas sus obras. Su lugar de ensayo y producción será el Estudio Maya y Carlos del Piano, un referente importante del circuito de la Nueva Córdoba, les brindará su escenario de la Sala del Rey para comenzar con sus presentaciones durante el próximo verano. Además, competirán en un circuito muy competitivo con sitios como La Plaza de la Música, La Vieja Usina, Forja, el Complejo Ferial, el Superdeportivo, Club Atenas, Sargento Cabral, Carlos Paz, Villa María, Belbín, Río Primero, Río Cuarto, San Francisco, Mina Clavero y Cosquín, entre otros.

‘Es algo que en San Juan no es posible, ya no existen los bailes en los pueblos del interior. Hay pocos espacios en capital y lamentablemente no se puede tocar todos los fines de semana, no hay continuidad’, dijo Luis Galletti, contando como una de las razones para emprender vuelo. ‘Teníamos miedo de que la gente se cansara, haciendo los shows siempre en el mismo lugar y una vez al mes’, agregó.

Alejandro se explayó más: ‘Resulta que somos músicos, nos gusta el arte, pero también queremos vivir de esto como profesionales. Hay productores y gente aquí que quizás nunca entenderán que no tocamos por la cerveza o por el fernet. No es posible que el Gobierno u otros empresarios locales, traigan a un artista nacional o internacional y le paguen una fortuna en conceptos de cachet, cuando a los músicos sanjuaninos se les paga mucho menos, siendo que mueven mucho público. Nos tiran al piso y esto tiene que cambiar de una buena vez. No sólo pasa en el cuarteto, también sucede en el folclore, el rock, el tango y otros géneros. Los músicos sanjuaninos queremos trabajar profesionalmente bien y no se puede porque no valoran nuestra obra y no nos tratan como corresponde", criticó el manager.

En el 2008 el grupo se llamaba Los Fugitivos. Había sacado su primer CD "A lo grande". Pero por problemas para registrar la marca, tuvo que rebautizarse como Omega. Hugo recordaba aquellos viejos tiempos: "Vendíamos empanadas, semitas y pan casero en la madrugada y por las tardes salíamos a vender fruta para recaudar fondos y poder comprar instrumentos. Éramos como gitanos, hasta vendíamos el auto para sostenernos. Todo ese sacrificio que hicimos siendo adolescentes, valió la pena, porque aprendimos a cuidar lo que tenemos. Y saber que si encaramos algo, lo hacemos con seriedad y responsabilidad. No tirar tantos años a la basura".

Hay muchos clubes de fans que los van extrañar "Las estrellitas, las Incomparables, Las Aventureras, Las OmegaTop, Los chicos de Soda Dana, El niño bueno, Rivadavia Norte, Las Loquitas, son un montón. Todo se nos dio gracias a ellos que nos siguen desde el primer día.

Tenemos un poder muy grande que viene de la gente que nos sigue, todo lo que hicimos es gracias al público. Si tenemos que volver a la plaza para tocar gratis lo haremos, porque a los sanjuaninos les debemos mucho", concluyó Flores.