La espera se volvió eterna, pero pese a las dificultades en el camino, Cristian "Pity" Álvarez llegó a San Juan ayer por la noche más tarde de lo previsto. El cantante de Viejas Locas se transportó en una combi particular desde la ciudad de Mendoza, pero la pinchadura en una de las ruedas del vehículo sobre la ruta, fue lo que motivó su retraso al hotel donde ahora se encuentra hospedado. Cuando pisó tierra, varios jóvenes aprovecharon para saludarlo y sacarse fotos como recuerdo, pero encaminó directo hacia su habitación para dejar el abultado equipaje que llevaba consigo. De buen humor e intentando relajarse después del agotador viaje, "Pity" se acomodó en la cama de doble plaza, con la música que sonaba en un DVD de Gardelitos -grupo al que le encanta escuchar- se dedicó a preparar las listas de las canciones que dará en sus recitales tanto hoy, mañana en Mendoza y luego en Córdoba. "¿Cuánto hay hasta el Valle de la Luna? -preguntó- quiero ir pero me quedaré un ratito, si no me aburro. Es como irse a la Antártida, vale más verlo por Internet", bromeó mientras invitó a los periodistas tomar una cerveza helada que, para la calurosa ocasión, venía ideal. Sobre la cama desparramó fibras, tarjetas de crédito para celular, un puñado de cigarrillos, un reproductor de mp3, un grabador y marcadores. El cuaderno abierto fue víctima de su fibra, anotando cada idea que le llegaba a la mente. Aunque la pared que da a la cabecera de la cama tampoco se salvó de su mano y dejó un mensaje contundente: "Dios perdona, yo no… el chico que canta". "Me gusta escribir en los lugares donde me rompen más las pelotas, aquí ya me la quieren cobrar", sentenció llevando puesto una calza y una llamativa musculosa rosada. Con sus uñas pintadas y algo de brillantina en su cara, se animó a contar lo que sintió cuando falleció el Flaco Spinetta, "Lo sentí mucho fue un chabón que se la bancó tocando en plena dictadura, al igual que Charly. No fue fácil cantar en ese tiempo. Hoy podes decirle a Cristina que se vaya a la c… de su madre y no te va a pasar nada. No sé si alguien se animaba a decir algo antes, si lo hacías, seguro tenías problemas", charló distendido ante las luces bajas y un cigarrillo en cada mano. Metido en sus pensamientos, fue el momento de un "Pity" real, íntimo y auténtico. Totalmente concentrado y pila pila para tocar esta noche.
A la cama con Pity
En la habitación del hotel, el rockero abrió la puerta de su mundo interno y sus pensamientos.

