Convertido en un clásico que, como tal, continúa siendo uno de los libros más vendidos y admirados en todo el mundo, El Principito celebra hoy impecables siete décadas de vida… y sin fecha de vencimiento a la vista. Fue el 6 de abril de 1943 cuando -a través del editor Eugene Reynal- el relato más corto pero más exitoso del Antoine de Saint-Exupéry vio la luz en su versión original (francés) y en inglés, que sería la primera de las cientos de lenguas a las que fue traducido. Pensado originalmente como un cuento para chicos -idea que se acentúa con las ilustraciones casi naïf, del propio autor-, sin embargo son los jóvenes y adultos a quienes va dirigido este libro, que ofrece diferentes niveles de lectura en sus páginas pobladas de metáforas y simbolismos que calaron hondo en el imaginario colectivo, a lo largo de varias generaciones. Mensajes sobre el amor, la amistad y la pureza, que el rubio niño proveniente del asteroide B 612 va hilvanando en su viaje por distintos planetas y en su encuentro con diversos personajes, todos inoxidables.