La aplanadora del rock vuelve a San Juan para reencontrarse mañana con el público local. Esta vez la espera no fue tan larga, ya que la última vez que vinieron fue en 2013. Antes de ese show, Divididos había pasado ocho años sin cantar en estas tierras, algo que según Ricardo Mollo buscarán enmendar con este nuevo show. Mientras realizan una gira por las provincias y se preparan para los conciertos en Buenos Aires, el trío acaba de lanzar la tercera reedición de Amapola 66 (2010). "Fue un disco que evidentemente gustó. Por lo general las compañías discográficas abaratan la tapa, nosotros conseguimos una tapa mejor que la anterior todavía y con el extra de un transfer que se pega en la remera con la plancha", comentó el ex integrante de la mítica banda Sumo, como Diego Arnedo, con quien formó Divididos en 1988, trío que desde 2004 completa Catriel Ciavarella. En una nota exclusiva que brindó al programa Diario de mediodía de Radio Sarmiento, Mollo se refirió al momento de la banda, qué cosas disfrutan como músicos, la partida de figuras emblemáticas y cómo ve la renovación en el rock.

¿Tenés algún recuerdo en particular del público sanjuanino?

Sí, tenemos un recontra buen recuerdo y la verdad que es una vergüenza haber estado 8 años sin ir a San Juan; pero bueno, tenemos revancha, y la revancha llegó rápido porque no pasaron 8 años. Fue muy grato volver y encontrar gente que nos quiere. Es impagable, lo que decidimos es volver, así que alternamos un Mendoza y San Juan, un año cada uno, como están cerca se mezclan los públicos.

-¿Vienen nuevas canciones?

-Todavía no, estamos recién preparando la sala para grabar, no sabemos qué, pero estamos en esa situación de tener todo listo, por si aparecen las cosas empezar a grabar.

-Se dan el lujo de tomarse el tiempo necesario…

-Si no tenés nada para decir, mejor no hagás un disco que no tenga nada de contenido. Para hacer Amapola nos tomamos un tiempo y estamos muy, muy contentos con el disco que hicimos. Ese vértigo de hacer un disco porque hay que hacerlo, no tiene sentido. El asunto es el momento donde aparecen las ideas y esa parte creativa y hacer lo que hay que hacer.

-Pareciera que disfrutan mucho el show en vivo, ¿no?

-Es lo mejor. La gran excusa de los discos y todo lo demás es para poder tocar en vivo, que es un momento donde nos divertimos mucho. Para mí es el mejor momento, la prueba de sonido y el show, los dos momentos. Es algo muy creativo. Además de las canciones están los sonidos, en la prueba tenés la posibilidad de experimentar cosas que se suceden en ese lugar, como una pista de prueba.

Alguna vez dijiste que te costó empezar a cantar, que estabas cómodo como músico antes. ¿Cómo te sentís ahora?

Bueno, sí. Es que ya pasaron 25 años y a la fuerza, o por repetición, terminé entendiendo que soy el cantante de esta banda; así que ahora ya estoy en paz. Me amigué con el cantante… el guitarrista se amigó con el cantante, sería.

Hubo importantes pérdidas en el rock, Spinetta, Cerati… ¿Cómo te impactó la muerte de Gustavo?

-Son pérdidas. Hace dos días se nos fue Eduardo Galeano. Hablando de música, de letras y de pensadores, es un siglo de pérdidas, todo lo que se sembró en el siglo pasado empieza a tener el punto de despedida en este momento. Luisito y Gustavo fueron dos pérdidas muy fuertes porque realmente han dejado un legado muy grande, musical y artísticamente. Ahí es donde uno empieza a extrañar esas personas que han dejado todo eso. Cada una de estas personas que nos han construido. Ellos son constructores del resto de las personas.

-Cantaste Crimen con Cerati, ¿qué te acordás de ese momento?

Fue el reencuentro con un guerrero, que hemos transitado los "80 de alguna manera juntos, cada uno con su banda, pero siempre hubo un respeto y admiración mutua y era el momento para juntarnos a hacer una canción.

La muerte sorpresiva de estrellas de rock, a causa de su ritmo de vida, ¿es un llamado de atención a los colegas?

Galeano no era estrella de rock y partió a la misma edad que Luis Alberto, y él había hecho una vida muy tranquila los últimos 25 años. Por ahí el caso de Gustavo es distinto. La verdad yo no lo puedo asociar a los vértigos, porque pertenecen a los seres humanos, no es patrimonio de los, entre comillas, artistas. El mensaje es más profundo, tiene que ver con la industria de la alimentación y cómo están envenenando a la población con alimentos que no contienen nutrientes y que son procesos químicos dentro de un envase. Muere más gente por situaciones gástricas que músicos.

-¿Cómo es la relación de los fans, a esta altura, después de tantos años?

-En realidad son oyentes. Porque el fanático no distingue otra cosa que algún color. Son oyentes que vienen a disfrutar de esto que nosotros disfrutamos mucho y se hace una gran comunión. Nosotros en Buenos Aires, tocamos todos los meses en un mismo lugar, porque hay una necesidad de estar en contacto. Lo que recibimos es amor, eso es mucho más importante que la euforia, el desenfreno, de esa cosa que se les llama fans. La verdad siento que son oyentes, no fanáticos.

-¿Hay renovación en el rock?

-Yo creo que en algún momento se va anotar. Cuando uno vive el momento parece que no hay cambio, pasadas las décadas empezás a ver. En los 80 empezás a ver qué pasó en los "70 y en los "90 lo que fue en los "80. Y un poco toda la música de los "80, que no fue en su momento valorada como una expresión de cambio, con el tiempo uno entiende que sí hubo. Hubo mucha personalidad en grupos como Virus, Los Abuelos de la nada, Soda, Sumo… Fueron realmente grupos que marcaron una personalidad diferente entre sí. Ahora lo que juega un poco en contra es que el exceso de marketing interfiere en los grupos nuevos, que por ahí están más atentos a las redes sociales que a lo que pasa en la sala de ensayo. Para mí lo que se necesita es volver a la sala y estar mucho tiempo más antes de colgar en YouTube un tema que le falta maduración. La mimetización también, por el exceso de información, hace que los grupos se parezcan un poco. Lo que hay que hacer es tener paciencia y esperar esos que tienen algo nuevo para decir.

La presentación anterior de Divididos en San Juan