Cara muy conocida en la televisión nacional, lo último que Joaquín Furriel había hecho en la televisión -antes de su actual retorno- fue la exitosa Montecristo, por Telefé. Hoy, junto a Fabián Vena y por la misma pantalla, encarna a uno de los hermanos Vedia Muñiz, protagonista de Caín & Abel, una historia que hace foco en una lucha fraterna -mujeres y dinero de por medio- y que pone el ojo en los negociados inmobiliarios. Se trata de la gran apuesta On TV (la flamante productora de Claudio Villarruel y Bernarda Llorente -ex popes del canal-), con la que la emisora buscó recuperar terreno en el prime-time; aunque la suerte no fue la misma. Sobre todo con la imbatible kermese tinelliana en la vereda de enfrente. En ese sentido, el actor consideró que al ciclo "podemos encontrarle un público aunque en la TV se viva un momento de jaque a la ficción’.

Pese a esta realidad, el intérprete que encabeza la trama -junto a un elenco que entre otros completan Julieta Cardinali, Vanesa González, Luis Brandoni, Virginia Lago, Luis Machín y Mercedes Oviedo- apostó a la diversidad en la pantalla.

"Es verdad que en la televisión actual hay poca ficción y, en cambio, se ofrecen otras cosas muy diferentes; pero no creo que para que a uno le vaya bien haya que destruir al otro", opinó. "Para todos nosotros es una alegría que Telefé esté dándole pantalla a un producto de esta calidad en este momento", agregó.

"Caín & Abel tiene muchos atractivos: los libros me gustan mucho y la historia y los personajes están muy bien delineados", dijo Furriel, quien subrayó que la tira "es un producto atractivo para este momento por las cosas de las que habla". Haciendo equilibrio entre el ciudadano que es actor y espectador, confesó que "yo también necesito desconectar un poco y tomar parte de una ficción que permite comunicar algo y que exige emocional y creativamente".

Finalmente -admitió- "lo que espero y deseo es que podamos conectar con una audiencia a la que le resulte atractiva la propuesta para trabajar tranquilos porque cuando el rating no acompaña las cosas se dificultan’.