Fernando Ruiz Díaz, Macabre, Sebastián Cáceres y Agustín Rocino llegan a la provincia una vez más para brindar un espectáculo singular, donde la guitarra y el cajón peruano se fusionan con el sintetizador y los sonidos electrónicos. Es el momento de ‘Madera Microchip’, un recital acústico que generará un clima musical sorprendente. DIARIO DE CUYO habló con su vocalista en plena gira que celebra los 22 años de la banda, que ya recorrió los teatros más importantes del país.

– ¿Qué desafío artístico representó trabajar un formato acústico con ritmos electrónicos en sus canciones? – La idea de procesar una guitarra criolla con el IPad y con los pedales, hace presentar una serie de canciones reversionadas que prácticamente son nuevas. Nos gustan siempre los desafíos. Es fantástico el show porque entramos en una comunión especial con la gente. Nos predisponemos en un viaje sensorial que invita a la meditación. Es una manera de escuchar diferente a Catupecu y para entenderlo hay que estar presente. Nos damos vuelta como una media.

– ¿La búsqueda fue ese factor clave a la hora de mantenerse siempre activos? – Creo que sí. Es un legado que nos transmitió Gabriel (Ruíz Díaz) todos los días. Si somos muy inquietos para buscar cosas nuevas, imaginate lo inquieto que es Gaby, que siempre buscó innovar desde que empezamos. Es una dinámica que se renueva con cada generación. Porque nosotros somos más que una moda. Vienen padres, chicos y nietos a vernos, eso nos llena muchísimo de felicidad que pase. La curiosidad y la inquietud por lo nuevo nos movió.

– Sin títulos y con mérito propio, ¿demostraron que no son una banda más? – Es así, siento que nunca fuimos una moda, pero a la vez creamos nuestra propia moda. Catupecu es como el jean, es un vaquero que aunque no se use en algún tiempo, siempre está ahí para ponerselo cualquier día. Los artistas buscan eso o esperan que suceda y a nosotros nos pasó, pero también es muy importante que la gente nos apoya durante 22 años. El público nos quiere y eso es lo máximo. – ¿Cómo se recupera Gabriel? – Lo que le pasó a mi hermano nos creó un antes y un después en el grupo. Está muy bien, es un guerrero terrible y la llegada de Lila, mi hija y sobrina de él, fue una inyección de luz divina para él y para toda la familia, lo llenó de mucho ánimo. La terapia continúa, con trabajo físico y mental todos los días. Tenemos el anhelo que su rehabilitación sea total, el destino dirá, pero queremos que esté bien, dentro de todo lo malo que sucedió, queremos que tenga la mejor calidad de vida y la energía necesaria para que siga adelante.

Aunque no esté físicamente en el escenario o en el estudio de grabación, su presencia es muy fuerte en lo metafísico, su espíritu está en el aire nuestro que respiramos y lo vivimos así. Nos transmite una constante búsqueda, el entusiasmo, el vivir en devenir, de un tiempo presente y de cara al futuro.

– ¿Qué pensás sobre la tragedia de la fiesta electrónica en Costa Salguero? Para vos, ¿se descubrió una realidad oculta? – No, no estaba oculta, lamentablemente hay millones de personas que van a una fiesta donde se la pasan tomando pastillas. Está oculta sí ante la hipocresía de la sociedad. Incluso me pasa que veo a periodistas que saben que existe el consumo de drogas y dicen ‘yo no sabía que pasaba’. Vivimos en una época de la comunicación con las redes sociales que hace que algo aparezca a la luz de los que estaban ciegos. Conozco a esa gente ciega que todavía creen que la droga no pasa por sus casas. Esto no sorprende nada, la hipocresía de la sociedad permite que pasen estas cosas. Y los políticos, que son gente que se supone que nos tienen que cuidar, digo, la administración política no es más que eso: una administración que no funciona. Eso mata. Las víctimas son inocentes que tienen 21 años y los mató esa ignorancia de que esas pastillas pueden matarlos. Las drogas existen no desde los ’60; sino en las antiguas civilizaciones donde se tomaban en los rituales para expandir la mente. Me da mucha bronca verlos así, que sueños e ilusiones se mueran por gente malvada que le importe el dinero. Tengo una nena de 3 años y no quiero para ella un futuro así. Es muy triste que tengan que morir inocentes para que se hable de esto. A un hijo no te lo devuelven más por más que la Justicia los meta en cana.

– Por último, en los medios se polemizó mucho de tu encuentro con Juanita Viale en Cosquín Rock. ¿Te molestó que se hablara de esto? – No pasó nada. Sucede que la gente vive de lo que hacen los otros. Yo vivo de la música y me dedico a eso. Con los reality show, la gente vive la vida de los demás a través de una pantalla. No tengo tiempo para eso, son cosas que tienen que ver con una sociedad enferma que anda perdiendo el tiempo en ver programas de televisión que lo único que provocan es adormecer la mente. Me molesta porque estamos avalando el triunfo de la gente mediocre.