Con su ritual bagaje de ritmos y colores, y una energía que sigue intacta, Daniela Mercury arriba hoy a San Juan, para subir al escenario de la Fiesta de las Dos Puntas, que tendrá lugar en Rivadavia (ver aparte). "Soy la misma chica bahiana mostrando qué me emociona, porque quien se emociona probablemente emocionará a otras personas, aunque cante en otras lenguas", se anticipa en diálogo con DIARIO DE CUYO la ex coreuta de Gilberto Gil, que desgranará temas de su flamante placa Canibalia, un proyecto que la tiene de gira por el país, con el que vuelve a rendir honores a esa fusión que se convirtió en su sello y que -en los próximos años- sumará dos discos, dos documentales y una muestra artística.

"Llevo el mensaje de vida, fuerza, lucha y pasión de mi gente, y la riqueza de su cultura y de su manera de pensar, que es la identidad de mi pueblo y mi diálogo con el mundo", expresó la voz de O Canto da Cidade.

– ¿Qué significado tiene la música para vos? Sin dudas no sólo entretenimiento…

– No, claro. Significa vida. Una de las expresiones humanas más espectaculares, con el mayor poder de comunicación del mundo, que rompe fronteras…

– Justamente, sos una de las cantantes más populares fuera de tu país, por tu arte y también por tu compromiso social ¿Cómo te llevás con la fama?

– La fama llega por consecuencia de mi amor por el arte, y lo cierto es que sólo me generó más trabajo y responsabilidad. Pero llevo mi vida como artista de la manera más normal posible. El compromiso social es un compromiso para la salud humana, y lo ejercito desde pequeña, en mi casa, como testimonio de amor de mi familia.

– ¿Creés que la música es un valioso instrumento socio-político? Vos y muchos artistas (tus colegas de la Fundación Alas, por ejemplo) se alistan en distintas causas…

– Sí, soy del Grupo Alas y la representatividad como artista me da un poder inmenso de comunicación, que he usado desde el principio de mi carrera y antes de ser conocida por estas luchas sociales y políticas que, estoy segura, mejorarán la vida de mi pueblo.

– Recientemente participaste de un proyecto para llevar arte a sociedades carentes ¿Qué creés que puede aportarles?

– El contacto con el arte libera, desenvuelve, socializa, crea conciencia de dónde cada persona está situada culturalmente en el planeta. Y también genera autoconocimiento. Pero en este mundo desigual, el trabajo de Caravana de la Música también lleva conocimiento sobre leyes y derechos, creando ciudadanos más concientes de su poder.

– Canibalia -decís- es la celebración de nuestro mestizaje. ¿Ese mestizaje ha enriquecido la música latinoamericana o ha diluido su sello?

– Sin dudas la ha enriquecido…

– ¿Y vos qué tomás de la música argentina?

– Amo la música andina argentina, amo el rock, el pop, amo el trabajo intitulable de Kevin Johanssen. Amo el tango de todas las maneras. Siempre escuché música de Argentina y es uno de mis más profundos afectos.

– ¿Hay algún punto de confluencia entre Argentina y Brasil a nivel musical?

– Todos. La música popular brasileña siempre se mixturó con la música argentina. Mercedes Sosa y Milton Nascimento, yo y Mercedes Sosa. Yo y Marcela Morelo. Fito Páez grabado por Caetano y Paralamas do Sucesso. Kevin Johanssen y Paulinho Moska. Cada vez más el Brasil recibe los artistas argentinos. Y el futuro es de más aproximación, los dos países se influencian mutuamente.

– A pesar que la música argentina es más melancólica y nostalgiosa, y la brasileña -los ritmos de Bahía en especial- más alegre…

– Sí, y seguramente por la presencia de los africanos en Brasil, y por el sincretismo religioso…

– Es curioso que una artista que trabaje tanto la fusión de ritmos y estilos, tenga tanta identidad propia…

– Mi curiosidad sobre el mundo ayuda a definir conceptualmente mi trabajo y a buscar algo que nunca fue hecho, claro que ese es un proceso muy laborioso.

– ¿Esa fue tu clave para perdurar más allá de las modas, de un género o estilo musical? No por nada te dicen "La reina del axe"…

– Yo no voy atrás de las modas, siempre seguí mi intuición, siempre seguí mi corazón y mi amor por Brasil. Y nunca perdí de vista la relación de libertad produciendo arte. Eso ha sido fundamental para mantener la integridad de mi trabajo.