‘Estoy tomando clases con los grandes (los maestros Daniel Binelli y Julio Pane), voy a tocar en el Auditorio y con el bandoneón que fue de Salvador Catanzaro. ¡Qué más puedo pedir!’, decía el simpático muchacho de 21 años, de cara a su debut en el Auditorio Juan Victoria. 10 años han pasado de ese sueño cumplido que el jueves volverá a resignificarse. Será cuando Juan Pablo Jofré Romarión, el bandoneonista sanjuanino que triunfa desde New York vuelva a pisar la misma sala, pero ahora de la mano de Mozarteum Argentino San Juan y con todo el bagaje y el reconocimiento internacional que ha cosechado en esta década. Una carrera que avanzó rápido a fuerza de talento y perseverancia; y de una pasión tan entera como esa que mostró en aquella primera vez. Antes de su cuarto concierto en la gran sala sanjuanina, JP Jofré -como le llaman- dialogó con DIARIO DE CUYO.

– De vuelta en San Juan, y ahora en la temporada de Mozarteum, otro paso más…

– Sí, es un paso más y es la primera vez que toco para el Mozarteum. Carlos Fagale vino a mi concierto en el Auditorio en el 2012 y Eduardo Savastano fue a verme con mi Hard Tango Chamber Band en NYC, así nos contactamos.

– ¿Qué significa para vos este regreso?

– Es una satisfacción enorme tocar para una de la entidad más respetable de Sudamérica como el Mozarteum. Volver a San Juan es algo muy especial para mí, y también poder compartir mi música con mi gente. Por eso propuse y estamos gestionando otros conciertos gratuitos en zonas de bajos recursos. Es importante tocar en lugares de lujo como ha sido el Lincoln Center o el Auditorio Juan Victoria, pero me quedaría triste sino hago algo también para la gente que no puede acceder a estos lugares.

– ¿Qué estás haciendo ahora en Estados Unidos?

– Tocando mi música, he estado con la Lawrence University, toqué en Rusia en el Belgorod Music Festival con Borislav Strulev y la Mezzo String Orchestra. De Rusia viajé a California y estrené mi concierto de Bandoneón con la Symphony Silicon Valley y de ahí regrese a New York City donde di una charla sobre mi música, el bandoneón y el tango en la Juilliard School of Music. Termino el mes tocando en Manhattan con la Gravity Shift Orchestra dirigida por Daniela Candillari.

– ¿Qué balance personal hacés desde que te fuiste?

– Es un balance totalmente positivo después de tanto sacrificio y luchas miro para atrás y sinceramente hay veces que no puedo creer todo lo que he hecho en estos últimos 6 años, creo que tripliqué mis expectativas. Tocar como solista y compositor en los 5 continentes es un sueño hecho realidad. Mi vida actualmente es el sueño que siempre anhelé. Pero como me dijo un gran amigo: Lo más importante no es sólo llegar, sino ‘mantenerlo’; así que a seguir trabajando.

– ¿Qué cambiarías de todo lo que pasaste?

– Nada. Del pasado sólo trato de aprender. Volvería a hacer exactamente lo que hice… ¡y comería menos! Jaja. En verdad, que Paquito D’ Rivera haya grabado una obra mía o el artículo del New York Times fueron cosas muy importantes en mi carrera. Vivir de la música y especialmente del ‘bandoneón y la composición’, y en Manhattan, es algo que no tiene nombre para mí.

– Imaginemos… ¿Dónde te ves en algunos años?

– Con mi repertorio de composiciones propias y arreglado desde dúo a orquesta sinfónica, pasando por Big Band y cuarteto de cuerdas… ese es uno. Mi próximo objetivo es mi próximo disco y mi segundo concierto de bandoneón… Y también me encantaría abrir mi fundación para ayudar a jóvenes de bajos recursos. Como dije, seguir trabajando, pero siempre en lo que amo: la música, composición y bandoneón.