"Murga madre es como un pequeño templo donde nos sentimos cómodos". Así define Pablo "Pinocho" Routin, murguista y cantante uruguayo el trabajo que realiza con su compañero, el también reconocido murguista Edú "Pitufo" Lombardo, la obra que esta noche pondrán en escena en San Juan (ver aparte). Dirigida por Fernando Toja, se trata de una pieza que tiene como esencia la murga y con la que se logra un recorrido por la música de Uruguay, a través de la banda sonora grabada por prestigiosos músicos charrúas como Hugo Fattoruso, Jaime Roos y Fernando Cabrera.

Sinónimo del género en su país, Pinocho-el de la izquierda en la foto- canta actúa y escribe desde 1983. Integró las famosas murgas Falta y Resto, La Reina de la Teja y A Contramano (Ganadora en 2009 y 2010 del primer premio en el carnaval de Montevideo). En charla con DIARIO DE CUYO resaltó el rol social de estas manifestaciones artísticas, a las que no concibe sin crítica y humor.

¿Que és Murga madre?

– Son acciones actorales en la que se intentan mostrar los procesos humanos y creativos que suceden en el ámbito de la murga, mostrar el telón hacia adentro, lo que sucede a nivel humano y las conductas en ese proceso, que es largo proceso de 6 meses cada vez que hay carnaval.

-¿Cómo es la dinámica con Lombardo?

– Es un placer. Hemos compartido proyectos durante 30 años. Tenemos eso que se llama química, respeto y afecto; compartimos el concepto de que el escenario es un lugar sagrado y cuando mostramos la obra lo hacemos con todo lo que tenemos a la mano.

-¿Cuándo el murguista comenzó a ser visto como un artista?

-Se fue profesionalizando y eso le dio un crecimiento y profundidad que quizás antes la tenía pero no estaba tan a la vista, por otra parte se acercaron generaciones de gente joven, y también llegaron al carnaval técnicos del teatro, escenografía, maquillaje que fueron enriqueciendo el género.

-¿El humor tiene que estar siempre en la murga?

–Es un ingrediente fundamental en la murga. La parte central que son los cuplés, que es la parte de mayor importancia de la murga, u otra parte que se llama Potpurri o Salpicón, lo que apunta es tener una crítica, una sátira de lo que sucedió en el país a nivel deportivo, político y que siempre sea una mirada crítica pero humorística, hay algunos espectáculos que pecan de más de serios, pero el humor es un ingrediente importante.

-¿Entonces no hay murga sin crítica?

-Queda en manos de los creadores de las murgas. Cada una tiene su estilo. A veces las críticas son más universales y otras apuntan a recrear los acontecimientos del año. Hemos tenido todos estos años un presidente muy pintoresco que es José Mujica, que ha dado mucha letra a todas las murgas. Ese es un tema y un personaje que está presente a través de imitaciones, o cuartetas del salpicón.

-La murga, ¿puede estar con los gobiernos o tiene que estar necesariamente en la vereda opuesta?

-La murga no debería ser oficialista. Ha sido difícil, porque las murgas antes cantaban contra los partidos tradicionales y en un momento el Frente amplio obtuvo el gobierno y quedamos todos como en la misma vereda que el gobierno. Pero igual hay que criticar, porque siempre hay algo que criticar. No hay nada más triste que una murga oficialista.

-¿Cuál es el rol social de la murga?

-A mí me parece súper interesante y es importante en mi vida, pertenecer a distintos grupos y estar con otros creando, donde hay un mismo texto atravesado por diferentes formas de pensar la realidad. Ese pensamiento colectivo genera mucha riqueza. No deja de ser un lugar de frotar cabezas.

-¿Ayuda a superar la marginación social?

-Todo lo que tenga que ver con el arte es una herramienta social y cultural. La murga es una de ellas.