Ayer, apenas unas horas antes de su show en San Juan y desde el hotel Viñas del Sol donde estuvo prácticamente refugiado desde el domingo a la tarde -tras cruzar la cordillera en las primeras horas de la mañana, en un avión proveniente de Santiago de Chile, donde ofreció su recital el sábado pasado-, accedió a dialogar con DIARIO DE CUYO, durante el almuerzo en el que fue agasajado con un "corderito maravilloso y un vino Malbec de vuestra tierra", según sus palabras. "Qué más puedo pedir", dijo entre risas y muy buen humor el cantautor, que habló sobre sus inicios, el romanticismo y la decisión de aterrizar con su tour por primera vez en San Juan -inicio de su gira nacional- con su nueva producción discográfica.

– Siempre apuntó al amor en sus composiciones. Un género que, a veces, es tildado de "cursi".

– Le escribí al amor, al desamor y las cuestiones sociales, sólo que las canciones más conocidas, en verdad, son las de amor. Pero creo que no son cursi, las grandes baladas fueron siempre canciones de amor. Quienes lo tildan de cursi, pues se lo pierden.

– Sus inicios fueron como compositor. ¿Cuándo arranca como cantante?.

– En el ’68 o ’69, escribía canciones para gente como Paloma San Basilio o Lola Flores. De pronto, el empresario más importante en ese entonces en España, Rafael Trabuchelli, productor de Alberto Cortez, Rapahel y los más importantes de aquella época, me preguntó: "¿y tu por qué no cantas?". Así, empezó mi historia como cantante, me llevó "al huerto", como dicen en España, me metió en un estudio de grabación y me dijo: "canta".

– ¿Qué es lo primero que interpretó?

– Y bueh… empecé a cantar canciones inéditas que no había dado a nadie porque eran muy mías, estamos hablando ya de 1973 y grabé mi primer disco, donde Celos de mi guitarra fue mi primer single y logró ser número 1 en España y Argentina, y disco de Oro en Argentina. Y, a partir de ahí, sin engrasar la maquinaria, la maquinaria funcionó hasta hoy.

– Y eso que, según sus propias palabras, no se veía en un escenario por más de dos años…

– Es que la verdad que no me veía en un escenario y mucho menos observado tan de cerca. Siempre fui una persona muy tímida y sigo siéndolo.

– ¿Cómo se enfrenta esa timidez frente al público?

– Pues creo que cuando sales al escenario y la gente te aplaude y te demuestra su cariño, te relajas y das todo lo que puedes dar.

– ¿Aunque la gira sea extensa?

– Es larga pero apasionante. Particularmente esta gira me tiene sorprendidísimo. Hay países que hacía 8 o 10 años que no visitaba y, sin embargo, soy recibido con un cariño que no había recibido nunca gracias a este disco Perales Directo-35 años, que grabé en vivo en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires donde hice mi primer concierto en 1974 y obtuve mi primer Disco de Oro. Desde Nuevo York a Manhattan, Los Angeles, Miami, México y Chile, es increíble todo lo que me da el público. La gente conservó su fidelidad hacia mí.

– Una fidelidad que consiguió hace 35 años. ¿Qué balance hace de su carrera?

– El balance no puede ser más que positivo, a pesar que he sido un cantante bastante atípico.

– ¿Qué lo hace definirse atípico?.

– Porque tengo otras pasiones y otros hobbies, me encantan la arqueología, la cerámica, la escultura y la jardinería, a lo que dedico mucho tiempo en mi casa; y no soy de esos cantantes que son de ir cada año a cada país para mantener la llama encendida, por ejemplo acá a San Juan no vine nunca.

– ¿Pese a esta asombrosa vigencia por qué piensa en retirarse de los escenarios?.

– En realidad, siempre pensé irme a casa. Esto de cantar y hacer giras fue como un accidente que se prolongó en el tiempo. Sin querer, han pasado los años. Cuando me miro al espejo, me digo: "Perales tienes 64 años, patas de gallos en los ojos, canas en las sienes y tendrías que haberte retirado hace 20"

– Pero no puede…

– La verdad es que me han atrapado vosotros y voy aplazando, inconscientemente, mi retiro. Si me preguntan: "te gustaría morirte en un escenario de viejo?", diría que no.

– ¿Y cómo le gustaría que fuera?

– Me gustaría morirme escribiendo mi mejor canción, porque tengo una gran vocación de autor. Siguen dándome muchos nervios las actuaciones en directo, siento una gran responsabilidad en el escenario, y cuando llego a casa me digo: "bueno, ahora voy a escribir, sin más". Ese es mi relax.