Con la característica cabellera del último tiempo y su habitual cordialidad, Julián Weich llegó a San Juan para participar del Cruce de Los Andes por la ruta Sanmartiniana que inició ayer desde Barreal y junto a un equipo de Telefe registrará la aventura, que por séptimo año consecutivo organizó el Gobierno. El resultado será un programa especial que se emitirá el próximo viernes en horario aún sin confirmar. Weich viene de cerrar el ciclo de Justo a Tiempo, después de tres temporadas, y este año se quedará en el canal de las pelotitas para encabezar un programa semanal que se encuentra de preproducción.

De excelente humor y antes de abandonar la 4×4 para pasar a la tracción a sangre, Weich contó a DIARIO DE CUYO sus expectativas sobre el viaje, recordó Sorpresa 1/2 y opinó sobre la televisión. Curiosamente el multipremiado conductor quien es un acérrimo defensor de vida privada encaró la travesía acompañado por su hijo Tadeo de tan sólo 13 años.

-Tengo expectativas. No nos hemos visto cara a cara con las mulas todavía.

¿Como te llevás con esos animales?

-Yo no tengo problemas. ¡No sé si las mulas van a tener problemas conmigo! (risas)

La verdad que no hice nunca esto, va a ser mi primera vez y tengo muchas ganas de hacerlo. Hice un Cruce de Los Andes corriendo hace algunos años, lo del Aconcagua o sea la montaña la he vivido, no mucho, pero la he vivido. Pero así, a lomo de burro, de mula, no.

-Y que se trate del cruce por la ruta sanmartiniana, ¿cómo te toca?

–La verdad, que intriga que uno con toda la comodidad y la tecnología que tiene, se pone a pensar cómo lo hizo San Martín sin todo esto y la verdad es que genera mucha intriga y está bueno hacer algo que es parte de nuestra historia, poder revivirla de alguna manera.

-¿Volvés para la Fiesta del Sol?

-No, para la Fiesta del Sol lo mando a Marley. Necesitaban alguien más alto para la Fiesta del Sol. A mí me mandan a la mula a sufrir y a él a pasarla bien (risas).

¿Qué cosas te molestan de la televisión como medio?

-Mirá, yo siempre digo que la forma que tengo de opinar sobre este medio es haciendo los programas que hago yo. Es mi manera de opinar. Porque no tiene sentido que mi opinión se haga pública, para mí la opinión la tiene la gente a la hora elegir un programa, de elegir con su control remoto qué quiere ver. Obviamente yo soy de los que piensan que hay mostrar lo mejor y no lo peor. Por eso me encanta poder mostrar este cruce de Los Andes, mucho más que cualquier otra cosa, porque me parece que es didáctico, deportivo, tiene que ver con nuestra historia, con el turismo si se quiere, tiene un montón de cosas positivas. Yo prefiero mostrar mil veces este tipo de cosas que cualquier cosa banal y chabacana que uno suele ver en la televisión.

¿Qué fue para vos Sorpresa y media?

–Fue un programa que disfrute mucho porque cumplimos como unos 500 sueños en los años que duró. Siempre digo que la diferencia entre lo que se hizo y lo que nosotros hicimos es que nosotros mostrábamos cómo se cumplía el sueño, no hablábamos del sueño, sino que mostrábamos cómo se cumplía el sueño, eso es lo que más me gustó a mí. El protagonista era quien cumplía el sueño, que era una persona anónima y eso fue lo más lindo que pudimos hacer.

-¿Cómo te gustaría que siguiera tu carrera?

–Nunca sé, siempre digo que el mejor programa es el que estoy por hacer, porque mi carrera se va haciendo a medida que pasan los programas. Mis tiempos, los tiempos de la tele… La verdad es que no tengo un futuro anotado en una agenda con proyectos por hacer.

-¿Cuál es la clave del buen conductor?

No la sé. Mi forma de conducir es tratando de respetar al público, tratando de no decir malas palabras, de no abusar del punto de rating que te puede dar la chica semidesnuda. Siempre pienso que la tele que yo hago la tienen que poder ver mis hijos. Tengo cuatro hijos, de muchas edades, trato de pensar que lo tienen que ver todos, a lo sumo alguno puede no entenderlo, pero no le va a hacer daño.