Desde aquel conductor sin filtros que en los comienzos mandaba a pasear a medio mundo a través de su programa de televisión, hasta el de hoy -que sigue picando boletos a diestra y siniestra, aunque con más cintura- muchas cosas pasaron. La vida se encargó de hacer un poco más "políticamente correcto" a Baby Etchecopar, el polémico conductor y actor que alcanzó trascendencia nacional gracias a su famoso programa "El ángel de la medianoche", que ya mucho antes ejercía su faceta de actor (en 2002 fue parte de la tira Contrafuego, donde encarnaba al policía Tito Bisleri, que pasó por Canal 9) y a quien un asalto y balacera en su casa, en 2012, puso en serio riesgo la vida de su hijo y la suya propia; experiencia que le sacudió el tablero. No menos polémico, aunque quizás más sosegado, Angel Pedro Etchecopar (60) llega a San Juan con su nuevo monólogo, donde con su particular impronta hace un repaso de la actualidad desde las cosas cotidianas, sin esquivarle al humor y a la mordacidad; aunque sí -o al menos un poco- al detalle político que, de todas maneras, se cuela en su voz.
"El espectáculo tiene que ver con cómo va la vida, cómo a veces te deja hecho una albóndiga y nadie se hace cargo… Tiene que ver con los cincuentones, pero también es para que los chicos vayan con los padres, porque cuenta un poco lo que pasaron para llegar hasta ahora, y después ves que empiezan a mirar a sus viejos con otros ojos", adelanta en diálogo con DIARIO DE CUYO el frontman, quien asegura que buena parte de su público es gente joven.
– Teatro, televisión, radio… ¿Te gustan por igual los tres lenguajes?
– La verdad que es uno solo, el lenguaje de la comunicación, lo que cambia es el ámbito y el maquillaje. El teatro fue anterior a la tele, yo hice teatro toda mi vida y fue una constante; lo que pasa es que luego van surgiendo otras posibilidades… luego vinieron la radio y la tele y los canales grandes… Sí, creo que la gente en realidad se enteró que yo hacía teatro por la radio y la tele, pero lo que uno hace es como el juglar, ir contando historias…
– Eso te moviliza..
– Lo que me moviliza fue sentir que lo que yo hacía era aceptado, y si no era aceptado, lo iba limando de forma que entrara… Toda mi vida fui tratando de caricaturizar las historias, porque yo te puedo contar que me comí una banana y según cómo te lo cuente es una historia o nada…
– Igual, desde las primeras épocas del Angel de la Medianoche, hasta hoy hay un cambio, estás como más apaciguado…
– Sí, yo vivía confrontando a la gente hasta que nos fuimos conociendo y hoy siento que no nos podemos separar.
– Antes mandabas a medio mundo a pasear…
– Y en realidad mando más al carajo ahora que antes, con la diferencia que ahora lo hago de otra manera, aprendí a gambetear…
– ¿Incluso a los políticos? ¿Le temés al poder de turno?
– No, porque los políticos pasan y los artistas quedan… A la mentira, a la impunidad, a la hipocresía, a la corrupción… eso me da miedo, tanta falta de respeto…
– Decir tiene un beneficio y un costo…
– Mirá, yo tengo una bolsa con sapos, todas las mañanas salgo, me como uno y arranco. En este trabajo todos los días te tragás un sapo, porque siempre molestás a alguien y siempre hay uno más papista que el Papa. Acá el mayor problema no es el Estado, sino el alcahuete de turno que predica en nombre del Estado…
– ¿En tus monólogos hay humor político, hablás del gobierno?
– No… muy poco es lo que puedo decir… Cuando vos tenés todos los días tres horas de cadena nacional, qué puede decir un humorista que no haya dicho la Presidenta, que te saca tarjeta roja o te habla de cosas que no son ciertas, o del tren bala… Es raro encontrar un chiste que sea más cómico que lo que hacen estos muchachos… la verdad que no se me ocurre nada que pueda superar las cosas que se dicen…
– Tampoco hay alusiones personales…
– No… sería un poco traidor bajar línea… no uso el teatro para librar batallas personales… la verdad es que amo la democracia y si los políticos hacen las cosas bien, yo los voy a apoyar aunque sea Cristina, Menem o cualquiera, porque yo no tengo partido, soy un actor. El teatro es para que la gente se divierta y la pase bien, no para ir a hacer política y bajada de línea…
– Ni oficialismo ni oposición…
– Mirá, hay que reconocer la verdad, este gobierno hizo cosas terribles, pero también hizo cosas excelentes. Hay cosas que están muy mal, pero tampoco me imagino el país en manos de Lilita Carrió, de De Narváez… es todo lo mismo.
– ¿Y alguien te ha levantado el dedo porque no le gusta lo que decís?
– Mirá, si no les gusta lo que yo digo, a mí también me molesta lo que ellos dicen y hacen ¿entendés?, y con una diferencia: si a alguien le molesta lo que digo, cambia el canal o no compra la entrada del teatro…
– ¿Alguna vez te convocaron de algún partido?
– Cuando estaba en el hospital, el año pasado, me pidieron candidatearme a diputado los del PRO… no tienen vergüenza…
– ¿Tenés amigos en el ambiente político?
– Tengo amigos que están presos, tengo amigos que son de Menem, otros de este gobierno, de Macri, soy amigo de Massa… tengo amigos, pero yo no voto por partido o por amistad, yo voto por dignidad. Y además siempre voto al más débil…
– ¿Y en el show business, se puede tener amigos?
– Yo pensaba que en los medios no había amigos, de verdad ¿eh?, hasta que me pasó lo de marzo del 2012. Entonces ví que la gente era más buena onda y solidaria de lo que yo imaginaba…
– Ese asalto fue un renacer, una bisagra en tu vida…
– Si esos tiros que nos pegaron a mi hijo y a mí no me hubiera servido para cambiar, merecía que me mataran de un tiro… Toda la vida cambió…
– ¿Qué, esencialmente?
– Mi orden de prioridades. Yo antes soñaba con un día ser rico y hoy me conformo con caminar un poco más derecho… Te das cuenta que ni con todo el oro del mundo comprás el amor, ni la vida de tu hijo, ni de tus amigos… Yo ahora disfruto del viaje, porque no sabés hasta cuándo dura…
– ¿Esa experiencia te acercó más a tu nombre?
– ¿Al ángel? (risas) No, me acercó más al hombre.

