Tocada por la varita mágica, no puede creer haber cumplido su sueño de desembarcar en la tele. No le importó tener que ingresar a un reality para bailarines como Soñando por bailar 1, cuando no sabía bailar. El premio mayor era aterrizar en Showmatch y no iba a desaprovechar esa oportunidad, así fue que ganó el concurso "apelando a la actriz’, como dice ella en referencia a sus lágrimas de cocodrilo y su romance con otro de los concursantes como Hernán Cabanas. Desde los estudios de Ideas del Sur, Eugenia Lemos dialogó con DIARIO DE CUYO donde dice que se jugó "a todo o nada" por su anhelo de llegar a la pantalla chica y también a los escenarios, dos misiones que viene completando como jurado suplente del Soñando por bailar 2 (donde reemplazó a Marcelo Polino y se trenzó en fuertes polémicas con sus compañeros) y panelista en Este es el show; y en escena, dentro del elenco de Despedida de soltero con el que gira por el país y recaló en San Juan el viernes 20 de abril pasado.
– ¿Tu meta era ser famosa?
– Recién ahora estoy cumpliendo mi sueño que es actuar. Tuve que pasar ochocientas pruebas, desde bailar cuando no sabía bailar, meterme en un reality como Soñando por bailar y hacer una carrera mediática. Laburo desde los 15 años haciendo teatro off, pero quería hacer una carrera más popular, quería ser reconocida. Mi meta es, algún día, hacer una tira, filmar alguna película… Sigo en la lucha.
– Entonces optaste por convertirte en mediática para llegar a tu objetivo…
– Me lo tomo como un juego.
– ¿Es fácil ser mediático?
– Mi trabajo empieza cuando se enciende la cámara. Cuando se prende, es un round que empieza con peleas y todo eso; pero cuando se apaga, me voy a mi casa, con mi novio y mi perro.
– ¿Cuando se apaga la cámara, se apaga Eugenia? ¿Cómo lidias con eso?
– A veces te divierten las peleas y otras no tanto porque te dicen cosas muy feas. Pero no hablo con mi novio de la Granata (Amalia) o de la Escudero (Silvina). Para mi salud mental, pongo cada cosa en su lugar. Si no, un día, voy a decir: ¡basta!, no voy más a la tele, porque siempre me pelean. Por eso opto por desenchufarme.
– En Soñando por bailar 2, tus compañeros del jurado te agredieron cuando reemplazaste a Polino. ¿Fue una pelea armada?
– ¡Fue tremendo! ¡Me mataron! ¡Me dieron para que tenga! En realidad, la mayoría de las peleas son de verdad.
– ¿Qué te reprocharon?
– Que hace un año que soy conocida y nada más, pero si me contratan es por mi laburo. La otra gente del jurado quizás es cara rota, pero yo no. Ellos no se toman en serio el trabajo, van a cobrar y listo. Eso es lo que discutí con Amalia Granata porque se reía de mis devoluciones, pero soy licenciada en Arte Dramático y actriz y sé de lo que hablo. La gente del medio me subestima.
– ¿Soñás con ser una Soledad Villamil en El Secreto de sus ojos?
– Admiro a grandes actores como Soledad, o a Guillermo Francella y China Zorrilla, mis grandes exponentes. Me preparo para el día que me llegue la posibilidad.
– ¿Te llegó la invitación al Bailando por un sueño 2012?
– No. Igual, ya haber participado el año pasado fue maravilloso.
– Cuando entraste al Soñando 1 ¿creaste un personaje? ¿Tu amorío adentro fue verdadero?
– Es un tema, uno entiende el show pero eso no quiere decir que la pareja o la familia lo entienda. Nunca tuve maldad, pero no sabía bailar. Entonces, mi estrategia era actuar, inventar y exagerar todo. Fui por todo, jugué sola y siempre apelé a la actriz. Ahora estoy nuevamente con mi novio Matías, él sabe que el medio es duro, pero si te ponés a pensar: ¿Cómo empezaron chicas como Wanda Nara?, por un lío pornográfico.
– ¿Las lágrimas eran de cocodrilo?
– Y… no todas eran de verdad, pero se mezclaban con el añoro de ganar y empezar una carrera televisiva. Afuera, el personaje de la guerrera lo armé porque el medio es así, si no sos combativa te pasan por arriba.

