Porque la maternidad es un tema insoslayable en la vida de las mujeres y como tal, empieza por casa, es por ello que Gabriela Acher abrirá las puertas del Teatro Sarmiento para compartir, a través de una hora y media de desopilante humor, sus experiencias personales y explorar la relación madre-hija desde su lugar de hija, y la relación madre-hijo desde su lugar de madre. Una vez más, la actriz uruguaya vuelve a San Juan -de la mano de Fundación PROTEA- para presentar un nuevo unipersonal titulado ‘Algo sobre mi madre. Todo sería demasiado’, cuya función de estreno será mañana.

En su monólogo, Acher invitará a recorrer con la platea, pasajes de su infancia, adolescencia, adultez y maternidad perseguida por la insatisfacción materna. Después de haber escrito tres libros ahondando en la guerra de los sexos, los conflictos entre mujeres y hombres, la actriz se mete en uno de los temas complejos y de gran interés para las mujeres, la maternidad. ‘La cosa comienza con mi propia madre. Investigando, me di cuenta que la relación con mi madre tenía mucha tela para cortar. Así nació este unipersonal donde hablo algo sobre mi madre, de cómo era la educación en la época de mi madre, donde no se conocía el psicoanálisis y la diferencia abismal que hubo en la crianza de los hijos de las madres post Freud’, cuenta la artista en diálogo con DIARIO DE CUYO.

‘Siempre sostuve que Freud me cag… la vida, porque antes de saber que existe el inconsciente, uno no tenía tanta noción de las consecuencias de nuestros actos. Ahora, como madres estamos llenos de culpa. Mi generación, que fue marcada por el psicoanálisis, se llenó de culpa, de responsabilidades y entender que a los hijos no se los deba traumar, que no se lo reprima, no le prohíba, etc. Hoy, ellos hacen lo que quieren con nosotros’, se reía con ironía.

En este recorrido de la maternidad, tampoco quedan afuera los hijos y los hombres en su rol de padres. ‘Hay un momento en que la madre entra en conflicto con su hija adolescente. Ocurre un despelote hormonal en casa tremendo. ¿Será porque le vino a ella la menstruación y a mí me vino la menopausia? Yo no puedo pegar un ojo y ella duerme todo el día y cuestionamientos así, suceden en una de las relaciones más complejas, más que la del varón con la madre. Cuando la nena crece sexualmente y la madre decae es el punto de inflexión más crítico. Hay un choque de civilizaciones’, dice la cómica, que a lo largo del desarrollo del show, dejará reflexiones agudamente críticas a través del humor.