Con un nuevo disco bajo el brazo. Así vuelve a San Juan, su tierra natal, Alberto Podestá, quien el próximo domingo cantará y será homenajeado en la Plaza Seca del Centro Cívico, en el marco del Festival Nacional de Tango que organizan la Orquesta Típica de San Juan y la Secretaría de Cultura provincial.
Podestá es una de las leyendas vivas del Tango. Fue parte de la época de oro del 2×4, llegando a relacionarse con las grandes figuras de ese mundo arravalero que conoció de muy joven. Ahora, a los 88 años, sigue recorriendo escenarios – acaba de volver de una presentación en Estados Unidos- y su regreso a la provincia le genera expectativa, según contó en conversación con DIARIO DE CUYO.
Amable, con una voz donde el tiempo parece no hacer mella y con los recuerdos frescos, el "Gardelito" sanjuanino habló de su vínculo con San Juan y cómo recibe el reconocimiento local.
-¿Le hubiera gustado hacer carrera en San Juan?
– En San Juan yo trabajaba en todos lados, cantaba en orquestas, estaba en la radio, pero me junte unos pesos y con mi hermanos nos vinimos a Buenos Aires. Acá me dio una mano Hugo del Carril, Buono-Striano, así pude comenzar a trabajar con la orquesta de Miguel Caló. Y así comenzó mi carrera profesional.
-¿Para tener éxito había que estar en Buenos Aires?
Claro, lógicamente, era la meca del tango. Y era las principales cabezas de países, porque lo que hagamos nosotros en las provincias, no sale de ahí.
-¿Y extrañaba el pago?
-Al principio, sí, mucho. Porque estaban mi madre, mis hermanos hasta que pude yo traerlos a Buenos Aires y se quedaron acá conmigo. Fue después del terremoto del "44. En esa época yo estaba con Pedro Lagos, y estaba muy bien. Alquilamos una casa en Palermo, vinieron mis hermanos que eran muy chiquitos, éramos cuatro, y nos criamos todos juntos acá.
-Con la familia cerca era distinto..
-Sí, ayudó a continuar y seguir luchando por algo, ¿no?.Gracias a Dios, Dios me ayudó, el cariño de mi familia y del público también.
-¿Qué piensa del homenaje en San Juan?
-Para mí es un gran homenaje. Que mi provincia, me haga este homenaje. Para mí es una cosa muy querida, que lo recibo con mucho nervio, coraje, amor y espero que todo vaya muy bien, porque para mí es una gran dicha.
-¿Se demoró en llegar ese reconocimiento?
Demoró mucho. Espero que sigan, que Dios me ayude para poder sentirlo, resistirlo y disfrutarlo.
Alguna vez dijo que faltó reconocimiento a su carrera, ¿lo siente así?
-Sí muchas veces. Tantos años en Buenos Aires, tener tantos éxitos musicales, tener gran cariño de la gente y no llegar a lo que uno espera. Esperaba tener un lugar de privilegio en el tango. Los principales no me ven como una estrella urgente del tango, me ven como un cantor y nada más.
-Pero la crítica especializada lo incluye entre las glorias del tango.
-Así es por suerte, en eso Dios me ayuda mucho y los amigos que son detallistas en la obra, que escriben sobre un artista, siempre han dado detalles de que merezco una cosa mejor. No sé si lo merezco, pero me encantaría, de alma, tener un privilegio grande.
-¿Le gustaría pasar sus últimos días en San Juan?
-Sí, me gustaría estar en mi provincia. Pero me gustaría si yo tuviera toda mi familia y fuera como antes. Me gustaría mucho disfrutarlo a San Juan.
¿Imaginaba que iba a llegar a los 88 cantando?
No, no me imaginaba. No me lo imaginé nunca, porque le repito, Dios ha sido muy bueno conmigo, y se lo agradezco eternamente. Estoy muy feliz. Nunca pensé que a esta altura de mi vida yo llegaría cantando y estar parado.

