Su nombre es sinónimo de buen teatro, de buen cine y mucho más en televisión donde esta actriz es difícil de tentar. Reconocida y laureada internacionalmente, la protagonista de la película ganadora del Oscar, La Historia oficial recalará en San Juan (ver aparte) en el marco de la gira nacional con la que presenta un unipersonal.
"Sobre el amor y otros cuentos sobre el amor" pone en escena a una Norma Aleandro que desde los textos clásicos va llevando al público entre sonrisas y alguna que otra canción -porque la acompaña el guitarrista Oscar Migueles- a ese lugar de complicidad que permite el teatro, donde el público podrá disfrutar de esta presencia de lujo.
Con una película en grabación y un proyecto televisivo para el 2012, Aleandro tendrá su regreso a la pantalla para el año próximo y ahora con el teatro se da el gusto de estar en ese lugar que tanta satisfacción le da.
Desde su casa en Buenos Aires, la actriz contó a DIARIO DE CUYO sobre el espectáculo que presentará en su visita a la provincia, su futuro laboral, y sobre su carrera.
-¿Cómo es Sobre el amor (…)?
Utilizo textos de Lope de Vega, Vargas Llosa, García Márquez, textos propios, interpretando distintos personajes le voy contando al público de los amores con prestigio, sin prestigio, de esos amores que nos pueden hacer reír sin distancia y tiempo. Es un espectáculo de humor sobre el amor.
-¿Es como aire fresco teniendo en cuenta otros personajes más sufridos que interpretó?
-No le quepan dudas. Es exactamente como tirarse a un lago en un día de calor para mí. Es un espectáculo que quiero mucho, lo voy cambiando con el tiempo. Ahora lo hago en Argentina como lo hice hace dos años en España. Es una forma de volver al humor, es algo que me importa mucho en el trabajo, en la forma de trabajar, no en la consecuencias, en lo que le pasa al público con eso. Es un espectáculo que no necesita que el público tenga una preparación especial, y a los (escritores) clásicos podemos digerirlos más o menos, hay algunas cosas de ellos que podemos no sólo entender sino reírnos.
-El cine y el teatro, ¿son sus amores, más que la tv?
-Son herramientas distintas para hacer lo mismo. Pero el teatro es el lugar donde el actor aprende, donde se crece como actor. Y aprender es algo que uno sigue haciendo hasta el último día de su vida. El cine y la televisión son lugares amables para poder hacer personajes con la misma técnica que uno utiliza en el teatro, pero distinta técnica para expresarlos, es muy diferente la cámara que un escenario.
-Hace mucho que no se la ve en televisión, ¿no hubo algún proyecto que la seduzca?
-Varios, pero he tenido manera de conjugarlos con mis tiempos. Yo decido entre hacer televisión, teatro y cine. Cuando hago teatro, hago nada más que teatro; y si hago cine, hago cine. Ahora me detengo dos días para hacer unas escenas en Rosario de la película que estoy filmando con Burman, y en julio paro la gira para filmar el resto de la película. Nunca hago dos cosas al mismo tiempo. Me propusieron algo interesante en televisión para enero o febrero, tanto por los libros, como por la posibilidad de trabajar con buenos actores, con una actitud tan diferente de producción.
-¿Diferente a otras que hay en televisión?
-A algunas que se hacen casi sin ensayo, muy precipitadamente y los actores sin saber cómo siguen sus personajes, porque los libros se los van presentando en el momento.
-¿Qué opina de la TV actual, que oscila entre el show y la ficción?
-Está bueno que haya mucha ficción en televisión, porque hay más posibilidad de acertar con los libros y actuaciones, que también pasa en el cine. La cantidad ayuda a tener más calidad. Y después los grandes shows. Los buenos malos regulares y terribles, siempre existieron, aún cuando no existía la televisión. Aristófanes, Eurípides (comedia y tragedia griega) las barbaridades del Coliseo romano, tirando gente a los leones. Es una costumbre humana de hacer atrocidades y maravillas.
-¿Cómo ve la producción televisiva estatal?
No quiero dar opiniones políticas.
-Me refiero a las producciones televisivas…
-Hay algunas buenas y malas en los canales, en los que están con el gobierno y los que están en contra del gobierno.
-¿Cómo influyó en su vida el Oscar de la Historia oficial?
Empecé a trabajar en Estados Unidos. Nunca había sido mi proyecto, yo había vuelto del exilio, tenía que empezar a armar mi trabajo. Trabajar en otro idioma amplía muchísimo la cabeza de uno, para interpretar un personaje en otro idioma hay que tener un vuelo distinto. Me fue muy bien. Pero no era mi intención quedarme fuera de mi país, quería estar acá después del exilio.
-¿Qué película recuerda con más cariño?
-Hay muchos momentos de películas, no tengo una en particular. Algunos de Sol de Otoño, de la Historia oficial, sin duda. De Gaby, Cama adentro. Momentos que disfruté más que otros filmando, porque las filmaciones no son algo tan parejo. Nunca se arma una filmación cronológicamente como es la historia, uno va saltando en la época y espacio.
-¿Hay algún proyecto que no haya sido considerado por el público como esperaba?
-Nunca espero demasiado en ese sentido. He tenido demasiado y siempre, me he sentido bien. No tengo ningún tipo de pretensiones, no es mi estilo para vivir. Lo que he hecho son cosas que he necesitado hacer, por necesidades artísticas o a veces económicas.
-¿Cómo analiza su carrera hasta ahora?
-No soy de analizarla. Mi vida no está pegada a un álbum de fotografías, no lo tengo, ni lo hago. Me dan las críticas y las tiro, no guardo nada. No miro para atrás en ese sentido. Si lo hago, es para analizar un problema en la vida o trabajo. Pero si no, no me paso mirando el pasado para proyectar el futuro. Es mi manera de ser, de vivir.

