Hablar de Juan José Campanella no es sólo referirse al director de la segunda película argentina en ganar un Oscar, sino también a un guionista y realizador en busca de continuos desafíos, como el desarrollo de su carrera en la TV norteamericana, donde trabajó en series como La ley y el orden, Dr. House y 30Rock. Si bien su popularidad explotó después que la Academia de Hollywood eligiera a El secreto de sus ojos como mejor película extranjera en 2010, antes ya había dirigido El hijo de la novia y Luna de Avellaneda, por citar algunas; y en 2013 se dio el gusto de terminar Metegol, primera película de animación 3D realizada en la Argentina. Inquieto, decidió debutar en las tablas como director de Parque Lezama, la exitosa comedia que llegará a San Juan de la mano de Fundación Protea (ver aparte). Desde Los Ángeles, donde graba la nueva serie Colony (de los productores de Lost), respondió las preguntas de DIARIO DE CUYO sobre este proyecto teatral, los hitos de su profesión y la actualidad de la tele nacional, donde apostó a Entre caníbales (Telefe).
– Desde chico soy un gran espectador de teatro. Mis primeros pasos profesionales fueron como autor de teatro, junto a Fernando Castets en 1982, con la obra Off-Corrientes que protagonizó Eduardo Blanco. Te diría que en los últimos diez años he ido más al teatro que al cine y hacía mucho tiempo que tenía ganas de dirigir teatro. Luego de la experiencia altamente tecnificada de Metegol, necesitaba volver a trabajar con el texto y el actor. Y el trabajo fue excelente. Poder dedicarme a los actores, las sutilezas, las inflexiones, las emociones, el humor, todo eso sin preocuparme de una computadora o un server o un render y ni siquiera una cámara. Fue un verdadero placer. Fueron dos meses intensos, en donde exploramos toda la vida de estos personajes, para ir llegando a las composiciones.
– Creo que para los que vimos la original, la comparación es inevitable, aunque no sea en lo cualitativo. Simplemente ya con decir "Ah, esto en la original tal cosa, o aquí tal otra" ya estás comparando, aunque sean los giros argumentales. Espero que tenga el mismo impacto que la original.
– La posibilidad de hablar de muchas costumbres idiosincrásicas de las parejas. Con la excusa de conocer una mujer distinta cada semana, hablamos de clasismo, de la muerte, de todo tipo de amor. Además nos divertimos enormemente haciéndolo. Fue un verdadero placer, aunque muy intenso de trabajo.
– No. Si bien las cosas que ocurren ocurrieron todas en la realidad, los personajes son combinaciones de ciertas cosas de la realidad y otras de pura cosecha propia.
– Sumamente conforme. Más que conforme. No puedo contar mucho, porque vienen muchas vueltas de tuerca por delante, que los exigirá en todo su rango actoral.
– No tengo interpretación. O tengo una interpretación que excede a Entre caníbales y tiene que ver con una etapa de transición de la televisión. Simplemente me concentro en que nos ven dos millones y medio de personas por día, 500.000 por Internet, muchísimos por Fox en todo Latinoamérica; nos siguen con una gran devoción, fanatismo y agradecimiento por tener un producto que no los subestime. En ellos pienso cuando hago el programa.
– El rating debe redefinirse. Me importa que la gente vea el programa, pero creo que la tele de aire, a un horario determinado, con cortes publicitarios, ha sido descartada por mucha gente. Hoy cuando uno hace una serie es como si hiciera un libro, que va a ser visto por mucha gente en el futuro y para siempre. Habría que encontrar una forma de poder medir ese impacto en el cambio del consumidor.

