De platinado cabello, espesa y nívea barba, Osvaldo Bayer estuvo ayer en San Juan para disertar dentro del Tercer Congreso Nacional de Cultura que lo trajo a la provincia, una década después de su última visita.
Humilde, cargado de libros y anotaciones, al escritor y guionista -que acaba de estrenar el documental "Awka Liwen, rebelde amanecer" sobre el genocidio de los pueblos originarios- no le pesan sus 83 años de edad.
Su niñez estuvo atravesada por la sangrienta represión contra los huelguistas patagónicos, pegó fuerte en su memoria a través de los relatos de su propio padre como testigo presencial.
Los cimientos de Los vengadores de la Patagonia trágica, libro que plasmó la pantalla grande como La Patagonia Rebelde; su exilio y el vínculo de los Bayer con los Kirchner; son algunos de los temas que tocó el autor en diálogo con DIARIO DE CUYO.
– ¿Qué significó La Patagonia Rebelde para el cine argentino?
– Creo que va a quedar en la historia del cine argentino. Sirvió para mostrar una realidad callada en ese momento gracias a que Héctor Olivera y Fernando Ayala (NdR: realizador y productor del largometraje que protagonizó Héctor Alterio, Luis Brandoni, Federico Luppi y Pepe Soriano) tuvieron el coraje civil de decir "la vamos a hacer".
– A nivel personal, ¿fue el detonante para su exilio?
– Estuve ocho años en el exilio, en Alemania. Es tan inexplicable. La película fue prohibida durante el gobierno de Isabel Perón; y por ser autor del libro y el guión del film, mi nombre salía entre los condenados a muerte de la lista de las tres A.
– ¿Cómo atravesó esa circunstancia?
– Me dieron 24 horas para abandonar el país y me fui. Pero cuando Isabel llama a elecciones, cometí el error de volver al país, sólo yo, eso fue febrero del "76. Cuatro semanas después comenzó la Dictadura Militar y ya fue imposible salir. Me sacó la Embajada Alemana como refugiado. Los militares no querían dejarme ir y la embajada alemana tuvo a un avión de Lufthansa esperándome durante una hora.
– ¿De qué manera vivió el exilio su familia?
– Mi familia se fue a Alemania cuando nos enteramos que yo estaba en la lista de la Triple A, mi esposa y mis cuatro hijos se fueron en barco. El exilio me cambió la vida. Mis cuatro hijos estudiaron, se recibieron, se casaron y viven allá. Yo, voy y vengo, porque tengo a mis diez nietos allá, estoy cinco meses en Alemania y siete meses en Argentina
– ¿Se imaginó que esa Patagonia Rebelde daría un presidente, como el ex mandatario Néstor Kirchner?.
– Nunca…quién lo iba a decir…¿no? Cuando el film cumplió sus 30 años de estreno y él era presidente, reconoció a la película en el Salón Blanco de la Presidencia y me pegó un abrazo que me hizo doler los huesos.
– ¿Forjó una amistad con él?
– Sí, a pesar que hubo una pelea entre la familia Bayer y los Kirchner porque mi padre nunca le perdonó al abuelo de Néstor que no le devolviera los 10.000 pesos que le prestó. Ellos se conocieron en Río Gallegos, mi padre vivió ahí durante las huelgas patagónicas, era técnico en telégrafos en ese tiempo. Pero, como digo siempre, el nieto no tiene que ver con lo que hizo su abuelo. Claro que cuando la presidenta Cristina era diputada, tuvimos un encuentro y ella me dijo: "cuando leo un cuento tuyo, un ensayo filosófico tuyo, siempre hablás del abuelo de mi marido ¿no tenés otro tema?". Y yo le contesté: "Lo que pasa es que hace noventa años de la deuda, y más los intereses y todo lo demás, calculado en dólares, me deben unos 20 millones, ¿están dispuestos a pagarme?".
– ¿Ella que le dijo?
– Me dijo: "andá, cantáselo a Gardel".

