Contar que un día Dios decide ir al psicoanalista, que está en crisis, insatisfecho por su creación, es la audaz propuesta de la obra dirigida por Lía Jelín (de la autora israelí Anat Gov), que mañana se presentará en el Teatro Sarmiento, dentro de la programación de Fundación Protea.

Thelma Biral interpreta a la psicóloga que recibe el desesperado llamado de un misterioso hombre, que no es otro que Juan Leyrado que se pone en la piel de Dios y sesión de por medio, surgirá una charla ingeniosa, que no podrá evitar abordar los grandes temas.

"Cuando tuve que encarar el personaje me encontré con trabas importantes, cuando uno tiene que hacer un médico, un portero, un estudiante, trabaja la observación, recurre a experiencia que tiene uno de andar en la vida en contacto con algunas personas, oficios, estilos, pero bueno, al encontrarme con este personaje, que es todo, me encontré algo limitado. Tuve la sensación que tenía que buscar el Dios que para mí existe dentro mío, y qué imagen, qué sonido, qué energía tengo de ese Dios" explicó en conversación DIARIO DE CUYO el actor, que regresa a San Juan como parte de una nueva puesta después de tres años.

Con un personaje tan singular, el actor confiesa que las expectativas estaban puestas en la gente, en no defraudar la idea que cada quien tiene de su Dios.

"Cada uno con ese Dios que está arriba (del escenario) va a construir el suyo, también yo construyo mi Dios en cada función. Se crea esa comunión con el público que hace que la obra, desde que empieza hasta el final, entre risas, emociones, sorpresas, no dejan de engancharse con esta historia maravillosa. Dios en crisis, que bucea por medio del psicoanálisis sobre de qué se trata esa crisis, con los reparos que tiene Él en relación al hombre", detalla Leyrado sobre la comedia con toques dramáticos que protagoniza.

"La obra profundizó mi relación con Dios, que va más allá de las religiones, que en definitiva son creaciones del hombre, de la humanidad, para encontrarse de alguna manera con él. Con todo el respeto que tengo por las religiones, cuando las religiones transitan el camino que todos creemos que Dios fijó, y que no se transita habitualmente, el de la Paz, del Amor".

La obra incluso despertó interés en el papa Francisco, que había manifestado su intención de ir a verla en Buenos Aires, aunque su visita a la Argentina no se concretó aún. "Si viene será obviamente muy emocionante. También nos encontramos con monjas o rabinos que vienen a vernos", dijo.

Para Leyrado no hay que diferenciar entre teatro de autor y el comercial: "Para mí esa historia que se transmite arriba del escenario puede ser una comedia, un unipersonal, cada uno va eligiendo. No tengo prejuicio, hay cosas que me gustan más y otras que me gustan menos" analizó la eterna dicotomía y resaltó que "en ningún lugar del mundo hay tanto público, con tantos espectáculos", así como también destaca la movida teatral en las provincias.

"La Argentina es pionera, es importantísimo el rol que tiene en el mundo respecto al teatro; ¿las giras? No existe lugar en el mundo donde haya giras que hay acá. Estamos recorriendo las provincias y yo estoy asombrado de la cantidad de público que nos viene a ver, pero además en ese mismo lugar, el fin de semana anterior otro público fue a ver otra obra. Más allá de todos los problemas, en teatro, nosotros estamos avanzados años luz de países del primerísimo mundo donde el teatro prácticamente desapareció", analizó.

El actor, que en televisión tuvo una participación especial en Aliados y conquistó como padre de Loli en Graduados, acaba de participar en La verdad, una miniserie dirigida por Paula De Luque que se verá en 2015 y asegura que hacer ficción diaria se contrapone con sus ganas de hacer teatro. "La ficción diaria es todo un tema. Aunque siempre estoy abierto, porque a mí me gusta mucho esta profesión de actor, así que si aparecen proyectos que tengan que ver con lo que tengo ganas de decir, que se ajuste a mis tiempos, sin descuidar otras cosas, acepto".

Con decenas de películas, programas en televisión y piezas teatrales en su haber, cuando mira para adelante, no piensa en lo laboral, sólo espera "aprender a hacer un pescado al horno", ya que cocinar es otra de sus pasiones. Pero también comer, porque incluso recuerda una paella que comió aquí hace algunos años, junto sus compañeros de elenco y sus anfitrionas de Protea.

En tanto, Juan Leyrado hace de Dios y dicen que le sale bien.