Dos hombres que se disputan la misma mujer; uno es su marido, el otro su amante, y a partir de ese nexo se establece una relación atravesada por la humillación y el sometimiento. El inmejorable guión de Contrapunto se vuelve aún más inalcanzable con las interpretaciones de José "Pepe" Soriano (Andrew Wyke), un ególatra y déspota escritor de thrillers, amante de las adivinanzas y los juegos de enredo, y Leonardo Sbaraglia (Milo), actor desempleado quien está dispuesto a darlo todo por Magie, cueste lo que cueste; es ahí donde las venganzas toman fuerza.
Semejante obra, que en cine tuvo dos versiones y cuatro nominaciones para el Oscar -producida por Julio Gallo-, cuenta con la deslumbrante escenografía de Alberto Negrín y la dirección de Agustín Alezzo, quien presentó a los protagonistas -ni siquiera se conocían personalmente-. Tras cinco meses de actuación en el porteño Multiteatro, afianzaron un vínculo excepcional, con mutuo respeto, profesionalismo y un gran disfrute por la pieza, que se refleja en cada escena. A un día de finalizar la obra, los actores le contaron a DIARIO DE CUYO en exclusiva cómo vivieron esta experiencia juntos.
– ¿Qué rescatan de los personajes que interpretan y qué dificultad les genera interpretarlos?
– Leonardo Sbaraglia: Milo es quizás el más estándar que hay en el primera parte de la obra. En el segundo acto es más concreto, con una acción determinada, una venganza planificada. Pero justamente el primer acto es el más complicado porque tengo que transitar por muchos asuntos, darle normalidad al personaje y procesar cosas adelante del espectador que son muy difíciles. De pronto, por la trampa que le tiende Andrew, Milo va cambiando, eso es lo que más me sigue costando todos las noches.
– Pepe Soriano: En mi caso, interpreto a un pedante, con una soberbia inimaginable, despreciable a tal punto de jugar con su mujer como un objeto, que vive en un castillo del siglo XVIII, por lo que su vocabulario es muy preciso y erudito. Eso fue muy difícil para mí, tuve que trabajar mucho. De todas maneras, cada trabajo me propone un discurso nuevo, y me obliga investigar, y ése es el desafío.
– Es su primera experiencia juntos ¿Cómo fue que se armó esta dupla y qué balance hacen?
– P.S.: A Gallo, el productor, le propuse la pieza teatral porque yo conocí a Kenneth Branagh, el que hizo la última versión cinematográfica de esta obra. Me entusiasmé, luego se sumó Agustín Alezzo y él fue quien propuso la idea a Sbaraglia. Salió todo como por un tubo (risas). Yo no conocía a Leo, había visto algunas de sus películas y tenía versiones de compañeros que habían trabajado con él que me refirieron que era encantador. Para mí el hecho de que sea buena persona es lo principal. Leonardo trabaja muy bien, los meses de ensayo fueron hermosos, cálidos y sin rispideces.
– L.S.: Yo me reencontré con el teatro luego de 10 años, y éste me pareció el proyecto ideal porque es una obra con muchos recursos para el actor. Por otro lado, es una garantía tener al lado a Pepe, a quien siempre lo consideré uno de los actores más importantes de este país. Pero como no lo conocía, no sabía cómo nos íbamos a llevar y, realmente, hemos hecho en encuentro hermoso, lleno de confianza y generosidad. Creo que nos ha encontrado a los dos en un buen momento y ponemos cada uno lo mejor de nosotros. En todos estos meses la relación ha ido creciendo y fortificándose, porque cuando hay dos actores en escena uno depende del otro, sino la obra se cae.
– ¿Y cómo juega la diferencia de edad entre ustedes?
– L.S.: Pepe es un tipo que a pesar de su edad, el doble que la mía, tiene una jovialidad inmensa, mucho mayor a la de actores de mi generación. Además es destacable la vitalidad que le pone a esta actividad.
– P.S.: Tengo 80 años, pero siempre hice obras musicales, con baile y canto, lo que me permitió mantenerme en estado. Con Leo todo es armonioso, él es un muy buen muchacho, por lo que, tanto en escena como fuera de la obra, la diferencia de edad no pesa.
– ¿Van a hacer gira con Contrapunto?
– L.S.: Mi límite es abril, porque tengo que comenzar a filmar. La idea es hacer gira en marzo y quizás en algún momento, entre mayo y agosto si pudiese, lo mismo a partir de septiembre.
– P.S.: A mí me encantaría, ojalá podamos armar algo este año e ir al interior del país.
– ¿Y cómo viene tu año laboral Leo?
– L.S.: Acabo de terminar de grabar Impostores, que fue muy exigente y demandante en horarios, pero una excelente experiencia a nivel creativo, personal y profesional. Vamos a ver qué va a pasar cuando salga al aire; mi idea es seguir en la Argentina. Por otro lado, voy a filmar dos películas, una en coproducción con España, así que es probable que tenga que viajar unas semanas allá. En mis años en España hice 15 películas, entre otros proyectos que me animé a hacer, pero tuve la necesidad de volver por razones personales: soy padre, mi hija comenzó el jardín… El objetivo es afianzarme acá e incursionar en nuevas experiencias como la comedia musical. Hace muchos años que tomo clases de canto y me gustaría plantear un espectáculo pequeño, que no tenga tanto compromiso comercial. Otro pendiente es abordar autores como Miller, Shakespeare, Williams, nunca hice nada de ellos y me encantaría.

