(Zurich Chamber Orchestra & Swiss Piano Trío. Mozarteum Argentino San Juan)

Beethoven escribió una sola ópera: Fidelio, pero mantuvo el deseo de escribir otras que al menos posibilitasen alguna coreografía. El poeta romano Tito Livio (59 aC-17) narró el drama de un oficial -Gaio Marcio- que habiendo vencido a los enemigos en Corioli recibe el apodo de "Coriolano", pero luego injustamente acusado y exiliado de Roma, se refugia entre sus antiguos vencidos y decide atacar con ellos a Roma. Esto lo convierte en un traidor, pero cuando su mujer Volumnia y su madre Veturia le suplican, logran que desista de su venganza. Más tarde Plutarco (50-120) realizó su versión de la obra y después lo hizo W. Shakespeare. Pero fue el poeta, dramaturgo y ministro de finanzas austríaco Heinrich Von Collin (1771-1811) quien reformuló el tema y agregó de modo más romántico que Coriolano se termine suicidando.

 

Esa es la versión que musicalizó Beethoven y los constantes contrastes de golpes fuertes desde el inicio muestran el espíritu aguerrido del oficial y su fuerte temperamento y las súplicas de las mujeres la parte más suave y el pianissimo orquestal con tres pizzicatos de cuerdas señalan su muerte. Uno de los más conocidos compositores modernos suizos es Fabian Muller, nacido en Zurich en 1964. Sus obras han sido estrenadas en varios importantes centros musicales. Despliega una gran libertad intuitiva combinando elementos modernistas con tradicionales. Su "Canto" se estrenó en Marzo del 2016. Si cada instrumento y voz humana tiene su registro, en este "canto" para cuerdas Muller juega con pasar de un registro propio al de otro instrumento fundiendo sus diversos sonidos con cambios continuos.

 

El primer violín cierra con un bello tono ascendente. En Noviembre de 1786, Leopoldo Mozart escribía a su hija contándole que Wolfgang viajaría a Inglaterra. Pero el viaje nunca se pudo hacer debido a que recibió un encargo en la capital bohemia. Tenía una sinfonía preparada para el Adviento en Viena y la llevó consigo titulándola "Praga". Al llegar allí comprobó la admiración y afecto que sentían por él los checos, que tarareaban por las calles arias de "Las Bodas de Fígaro". Y como si fuera poco recibió el encargo de una nueva ópera: "Don Giovanni".

La Sinfonía se inicia con un movimiento lento "Adagio" en Re Mayor solemne que pasa a la tonalidad menor y nos adelanta a la futura "Don Giovanni"; se transforma en un "Allegro" que por un instante nos toca un aire de "Cosí fan tutte", y se transforma en música festiva con trompetas y percusión. Sigue un "Andante" bastante "Haydiano" pero con mayores coloraturas, sombras en la armonías y suspiros en las melodías finales. Se conoce a esta Nº 38 como "La Sinfonía sin Minué" porque "salta" y pasa directamente al "Finale" fuerte pero no pesado, de ritmo fuerte y a la vez con "gracia". El empresario y actor Emmanuel Schikaneder (escribió el argumento de la Flauta Mágica para Mozart), cuando estrenó su propio teatro "An der Wien" en 1801, le propuso en 1803 a Beethoven escribir una ópera.

 

Así comenzó a esbozar "La llama vestal" pero luego la abandonó. Schikaneder perdió así la oportunidad de pasar a la historia como libretista ¡tanto de Mozart como de Beethoven! En cambio comenzó a interesarse en lo que sería su ópera Fidelio y en ese año 1804 escribió las Sonatas op 53 y 54, revisó la Sinfonía "Heroica" op 55 y escribió el Triple Concierto op 56 que por eso tiene algunas reminiscencias de la "Heroica". En el "Allegro" inicial las cuerdas bajas entonan la melodía que se va repitiendo, aumentando la intensidad con golpes de timba y entonces se une el chelo, seguido por el violín y luego el piano. Se ha comentado que este podría ser el Concierto para chelo que nunca escribió pero aunque tiene indudablemente cierta "prioridad" la obra es una "Sinfonía Concertante" que mezcla un trío de cámara con la Orquesta. Si "Largo" en italiano significa "ancho" "espacioso" y no como en español, lo opuesto a "corto", este "Largo" es corto -en español-.

 

Es como un himno suave y "cantabile" como sus sonatas para chelo y piano. De nuevo de los tres inicia el chelo, pero al terminar, el chelo repite incisivamente una nota, cambia la velocidad y da lugar al Rondó final que utiliza ritmo de folklore polaco. Y al final después de tanta prioridad al chelo, es el violín quien inicia la despedida seguido por el piano y en tercer lugar el chelo en un "prestisimo" despliegue de virtuosismo. Varios golpes orquestales terminan esta maravilla.

Como Bis, esta orquesta precisa como un reloj suizo pero con una delicadeza y dulzura propias de sus más ricos chocolates hizo una alusión a su país con una obrita del clarinetista de Zurich, Fabian Walser, quien se dedicó a la música folklórica tradicional de los siglos 18 y 19 y a la contemporánea. La obra que nos ofrecieron era un "remedo" lleno de hilaridad del Triple Concierto y por eso se tituló "Triple Shokisch" Con bella armonía, combinando ritmo de jazz con pizzicati del contrabajo, momentos de flauta y piano, con momentos que parecía el piano acompañando una película muda, los músicos debieron más de una vez imitar los mugidos de las vacas lecheras y ahí se hizo claro por qué después del intervalo habían dejado un cencerro cerca del piano. Belleza, precisión y mucho humor, ¿qué más se puede pedir?