Fotos Daniel Arias
Silvia Farías lleva 22 años como integrante de la Tanztheater Wuppertal Pina Baush. La mitad de su vida nadando en las aguas de la danza contemporánea bajo la escuela de la famosa coreógrafa alemana que da nombre a la compañía, una revolucionaria en el género, que falleció sorpresivamente en 2009, a los 68 años. Farías y Jorge Puerta Armenta, encabezan ‘UTOPINA’, el laboratorio de obra de Pina Bausch que organizó el Teatro del Bicentenario a través de una convocatoria nacional.
‘Yo estoy muy emocionada. Con muchas ganas de empezar a trabajar. Será un laboratorio intenso, de dos semanas; traemos variedad de material de obras de Pina, con muchas ganas de compartir lo que sabemos’ dijo Farías a DIARIO DE CUYO, antes del primer contacto que tuvo ayer con el grupo de jóvenes seleccionados.
‘Llevamos algunos fragmentos de obra de Pina, pero para nosotros lo más importante es animar a los alumnos que sean ellos mismos. No queremos que estén copiando nada. Hay un cuidado en la forma y en el material que vamos a enseñar, pero dentro de esa estructura, lo importante es que los bailarines puedan sentirse ellos mismos’ afirmó Farías sobre la propuesta del curso, que tendrá una muestra final abierta al público en el Hall del TB a fin de mes.
‘Ella siempre estuvo interesada que los movimientos tuvieran la forma correcta, con una cierta técnica y una línea. Pero lo más importante de todo era ver a la persona, Pina quería ver personas y no bailarines en el escenario. En el ballet clásico, reconoces los bailarines, con su talento y la técnica, pero aquí la idea es que la persona no se pierda dentro del repertorio, del movimiento, sino que siga brillando, eso es lo más presente en el trabajo de Pina’ aportó la bailarina y maestra que resalta el gran valor del legado.
‘Pina revolucionó la danza, ella veía danza en todas las cosas. No era solamente la danza el movimiento, sino que para expresar lo que ella quería expresar, a veces necesitaba otro tipo de material y para ella eso también era parte de la danza, podía ser una escena donde alguien entraba y no se movía, ella lo consideraba dentro de la danza. Ella revolucionó la imagen que se tenía de la danza, influenció el cine, el teatro y por supuesto a la gente que trabaja en la danza, con esta manera de ver. Ella tenia un ojo muy especial, podía observar a las personas y llevar al escenario eso que veía sobre todo en las relaciones, hacía que el público se sintiera identificado, sin que importara de dónde fuera’ aseguró Farías y destacó la vigencia que tiene el repertorio de Bausch por abordar temáticas universales.
Cordobesa de nacimiento, Farías se formó en Alemania Folkwang Universtity of arts y a los 22 años, a partir de una audición, entró al Tanztheater. Cuando muere Bausch, Farías llevaba 9 años en el grupo y el último tiempo había trabajado muy cerca de la coreógrafa. ‘Los primeros tiempos en la compañía no fueron fáciles para mí, porque me tomó tiempo encontrar mi lugar dentro del grupo. Después empezó a trabajar muy bien y trabajamos en las nuevas creaciones con ella, estábamos en la misma onda. Fue un momento muy duro su muerte. Nadie se lo esperaba, así que fue realmente un shock muy grande. De eso tocó recuperarse. Era claro que íbamos a seguir trabajando y haciendo las obras, pero llevó tiempo. Hasta el día de hoy ella hace falta. El tiempo pasa y uno siente que los recuerdos se van borrando también’ contó Farias sobre el cimbronazo vivido en 2009, y ella era una de las bailarinas en la compañía, que hoy dirige el francés Boris Charmatz. Farías continúa bailando, pero está más abocada a las tareas de difusión y docencia. ‘En 2011 fui madre y más adelante empecé a tener ganas de dar clases, de transmitir y en la pandemia, no había mucho trabajo, empecé el master de pedagogía en danza de la universidad de artes. Este trabajo en San Juan se hace junto con al apoyo de la fundación Pina Bausch, dirigida por el hijo de Pina y en este proyecto trabajo junto con ellos, que me autorizan a enseñar repertorio de ella’ aseguró.
Sobre su inserción en la danza alemana, siendo argentina, Farías contó que la universidad Folkwang (ubicada en Essen, al norte), tiene una población de estudiantes muy internacional, pero que además en su escuela Pina Bausch buscaba esa diversidad cultural también. ‘Pina era una persona que elegía gente de todas partes del mundo. Hay solo dos o tres alemanes. Uno no se siente un extranjero, sino que estas aportando algo que no hay ahí, y por eso que uno aporta, tiene un reconocimiento. Me he sentido siempre muy afortunada en Alemania, sintiendo que tenía algo especial que Pina necesitó para su compañía’ aseguró.
Mantener vivo el legado de Pina Bausch es una decisión de vida para Silvia Farías. ‘Es algo que siento que quiero hacer, que es importante hacer, sobre todo ahora que Pina no está. Llevar este trabajo a distintos lugares, que se conozca, que muchos bailarines puedan experimentarlo en su cuerpo o sentir lo que significa. Es muy importante para mí. Difundir su trabajo para que no se pierda con el tiempo, que se mantenga vivo, que no se transforma en algo de museo’ concluyó la bailarina que no oculta su admiración por la gran maestra.
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Una mirada a la obra de Bausch
Paralelamente al UTOPINA, laboratorio de obra de Pina Bausch, el Teatro del Bicentenario ofrecerá esta semana la visita artística "Revisitando Pina Bausch’, que propone un encuentro con la vida y obra de la coreógrafa alemana, a través de la proyección del documental "Tanzträume’.
La primera visita fue ayer y continuará hoy, mañana, y los días 21, 24 y 25 de julio, a las 18hs, entrada gratuita y con reserva a través de TuEntrada.com o a través del 4276438, interno 134.
El documental es un reflejo de la magnitud de la obra de Pina Bausch y muestra el trabajo realizado con jóvenes de entre 14 y 18 años quienes, sin experiencia en la danza, fueron preparados por la coreógrafa durante casi un año. Además, esta película es el último registro filmográfico de la gran maestra y su última entrevista grabada, un año antes de su repentina muerte en 2009.