El talento, la pasión… son dos tesoros que muchos artistas transmitieron "por amor al arte’ a sus hijos quienes, desde que nacieron los vieron bailar, cantar, actuar, diagramar un espectáculo, quemándose las pestañas hasta altas horas de la noche, esmerándose por adquirir la más absoluta perfección en cada movimiento. Tal vez de manera inconsciente, los chicos comenzaron a compartir el mismo gusto que sus papás espiándolos por el rabillo de la puerta, soñando con ser como ellos algún día, cuando fueran grandes. 

¿Cómo es la relación arriba del escenario? ¿Los padres son muy estrictos? ¿Los hijos se toman más libertades que otros discípulos? Consultados por DIARIO DE CUYO, hoy, para celebrar su día, cinco artistas provenientes de diferentes ramas del arte revelaron los secretos de sus vínculos con quienes son, sobre todo, sus grandes maestros de la vida. Ellos son: Giselle y su padre Mario Aldeco, conocida figura del folclore cuyano que integró el dúo Los Hermanos Aldeco; Gerardo Juan y el bailarín y coreógrafo Gerardo Lecich, distinguido director del Ballet San Juan Nuestro Tiempo, entre otras actividades; Alex y Aleksandr Zuzuk, violinista de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ; Eleonora y Pablo Carrizo, bailarín de danzas folclóricas, coreógrafo y delegado provincial en los festivales de Cosquín y Laborde; y Abril y Guillermo Heredia, violinista, actual director de la orquesta Pequeña Ala y músico de la compañía Zonda y Sur.

 

– Gerardo Juan (25) y Gerardo Lecich (55)

 

"Tenemos una relación excepcional desde siempre y hacer la misma actividad nos acerca más. Se ensaya con cariño, con rigor, en busca de la excelencia pero con respeto, alegría y con la crítica que haga crecer al artista y a la persona en todo sentido’, mencionó Gerardo, director del Ballet San Juan Nuestro Tiempo, por el estilo que muestra su hijo, que lleva su mismo nombre, desde que un día por "propia voluntad’ asistió a su taller de tango lo sorprendió por su empeño, el mismo que exhibe en la tablas desde su debut en febrero de 2015 en una función que tuvo en el cruce de las peatonales céntricas la compañía de tango y folclore que dirige desde hace 3 décadas, que giró por el país y llegó a Europa. "Siento que él continúa una historia artística que la trae en sus genes por el lado de sus familias, los Lecich y los Abraham’, subrayó el padre orgulloso.

Sin embargo, desde la visión de hijo, el bailarín recalcó que: "El hecho de elegir la misma actividad no modifica algo en el vínculo personal’ porque "cada persona transita su propio camino y es diferente al del todos’, aunque sostiene que la influencia del tango "presente en canciones y charlas’, pesó a la hora de su elección.

– Giselle (27) y Mario (56) Aldeco

 

 

"Que Giselle cante representa que el legado de mis antecesores continuará en ella. Los versos del autor mendocino Felix Dardo Palorma dicen: "Ya no he de morir del todo cuando me toque morir’. Son las palabras de Mario Aldeco, uno de los referentes de la música tradicional sanjuanina junto a su hermano Nicolás que prosigue en el ruedo acompañando a la cantante que dio sus primeros pasos cuando tenía 12 años, primero como profesor y después como músico. 

Ambos comparten ensayos, espectáculos y proyectos. "Aunque compartamos o no los puntos de vista, siempre tratamos de llegar a un acuerdo y de sumar. Pasamos mucho tiempo juntos, desde que tengo uso de razón comparto peñas y festivales con él. Crecí tomando sus enseñanzas. Mi papá es una persona atenta a todos los detalles; cosas que, a veces, a mi se me escapan’, sostuvo la interprete que se prepara para celebrar sus 15 años con el canto en octubre próximo.

"Siempre admiré su dedicación, su responsabilidad, su preocupación por la vestimenta y los músicos, por el respeto hacia la gente. Sin duda, es un orgullo llevar en la sangre la música que me legaron, tener el apellido Aldeco siempre en lo alto’, reflexionó la artista.

– Abril (8) y Guillermo Heredia (42)

"Me gusta mucho estar con mi papá y trabajar con el violín y en la orquesta’, dijo Abril Amparo, que hace 2 años estudia y actúa con su papá Guillermo, docente y actual director de la orquesta infantil Pequeña Ala y músico de la compañía Zonda y Sur desde hace 18 años. Violinista de profesión, él arrancó en la Escuela de Música de la UNSJ a los 10, se perfeccionó con profesores internacionales y en Mendoza, y trabajó en conjuntos de música popular en conjuntos como Mar Solo, que trascendió las fronteras de la provincia y desde hace 18 años realiza teatro de títeres con Zonda y Sur, dirige el proyecto de formación violinística Pequeña Ala con una didáctica propia, el mismo al que se incorporó su hija.

"Yo empecé porque quería estudiar hace bastante, después mi papá me regaló el violín y comencé a tocar El Ratón Pérez y la de los pollitos. Estudiando con é puedo relajarme y divertirme pero, a veces, también me exige un poquito pero no me hace enojar’, expresó la chiquita. 

"Está bueno compartir con ella todo el tiempo que podamos ¡Es una unión mágica!’, manifestó el violinista y docente, "baboso’ de los logros de su pequeña.

– Alex (27) y Aleksandr (77) Zuzuk

 

 

Su vínculo nació temprano. "Mi papá me dio mis primeras clases a los 7 años. Al principio, fue por mi interés ya que, supongo, que lo veía tocar y me llamó la atención. El estuvo presente en mis prácticas hasta que viajé a San Juan y tomé clases con Selva Sugo’, evocó el joven ucraniano que admite que, si bien, no lo hacen siempre juntos, tiene la suerte de trabajar con él en la Sinfónica. Para Alex es un orgullo y una responsabilidad seguir su camino y trabajar con violines de su papá que lo acompañarán "toda la vida’. En tanto, que el veterano instrumentista ruso expresó que es "muy agradable’ que, "después de tanto tiempo invertido’, siga sus pasos. "Cuando era chico y había cosas de las que no me percataba, tanto musicales como técnicas; cuando las cosas lo necesitaban, había exigencia’, exclamó quien se desempeña dentro de la fila de primeros violines, compone y hace música de cámara; además de tener el lujo de ser el primero en tocar las cuerdas de los instrumentos que construye Aleksandr, que se inició en Rusia a los 14 años, tocó en un ensamble del servicio militar en San Petersburgo y otras formaciones, al mismo tiempo que incursionó en la luthiería; y en 1996, se estableció en San Juan para tocar en la Sinfónica al igual que Alex.

– Loly (18) y Pablo Carrizo (40)

 

 

"Debo reconocer que, al principio, no quería que mis hijos hicieran danzas. Fui papá muy joven y no podía mantener a mi familia con el baile, pero como lo genético parece que es más fuerte, Loly decidió transitar este camino igual. A partir de ahí, decidí apoyarla y guiarla en todo momento.Este año, con gran felicidad pude actuar por primera vez con ella en el Festival de Laborde, hubo una baja en el conjunto Guardia Ballet y me invitaron a tomar su lugar. Mi deseo es que sea feliz haciendo lo que el gusta", recordó Pablo Carrizo, quien, tras una intensa carrera como bailarín que arrancó a los 10 años en la academia La Telesita con Mary Bazán, creó el Ballet Agrupación San Juan que dirigió desde 2008 al 2014, es delegado provincial del PreCosquín desde 2006, coordinador de la Noche de San Juan en Cosquín, subdelegado del Festival Nacional de Laborde desde 2013 y actualmente fue designado delegado local para el 1er. selectivo de Malambo Femenino.

"Aprendo mucho de él, siempre tiene la palabra justa a la hora de corregirme algo. Él es muy exigente y justo, siempre me deja en claro que no debo cargar con ninguna mochila por ser la hija de…’, señaló con emoción Eleonora, a quien su padre llama cariñosamente como Loly.