‘¡Bravo!, ¡Bravo!’, fue la respuesta de los espectadores que colmaron la sala del Auditorio Juan Victoria ante un espectáculo de lujo y con mucho brillo artístico en la ópera ‘Rigoletto’. El juego de luces, el deslumbrante vestuario y la interpretación lírica de los solistas, fueron los elementos más distinguidos durante la noche del sábado pasado. La Fundación Ópera de San Juan reunió a un elenco notable coordinado por el régisseur Felipe Hirschfeldt para mostrar una atractiva versión del melodrama de Giuseppe Verdi. Se contó con la presencia de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ bajo la batuta de Lucía Zicos y el Coro de la Ópera San Juan dirigido por Jorge Fuentes García, que también realizaron un muy buen papel en la obra. En tres actos, se vivió el drama de la pasión, el engaño, el amor y la venganza encarnado en Rigoletto, el bufón jorobado de la corte del Ducado de Mantua. Cada cuadro fue ejecutado con mucha energía y entrega por parte Juan Carlos Vasallo, Ernesto Bauer y Laura Polverini, quienes en sus roles protagónicos, cautivaron al auditorio con sus caracterizaciones. Cuando el tenor Vasallo interpretó la famosa el aria ‘La donna è mobile’, los espectadores movieron sus cuerpos al ritmo de la canción y cantaron en voz baja sin importar que la letra era en italiano. El momento de mayor dramatismo se develó cuando el precio de la venganza se consume y la muerte llega en un trágico desenlace, que provocó el fervoroso aplauso de todo el auditorio.
¡La donna è mobile!

