Hay una certeza, a esta altura irrefutable: ShowMatch terminará el 2017 siendo el programa más visto del año, con un rating imbatible. Y hay una incertidumbre cada vez mayor: se desconoce cuándo será la última emisión del programa de Marcelo Tinelli. Porque el conflicto entre el Grupo Indalo y los empleados de Ideas del Sur -quienes se encuentran en asamblea permanente- hace peligrar las próximas galas del Bailando, y la posibilidad de que el certamen quede trunco ya no suena descabellada.
Luego de cuatro meses sin cobrar sus haberes, en la mayoría de los casos, técnicos, productores, maquilladores, vestuaristas y peinadores -al fin, quienes hacen Showmatch– plantearon un ultimátum: si este lunes 11 no cobran sus sueldos, esa noche El Trece estaría obligado a cambiar la grilla. El programa no saldría al aire. Y el rating del canal lo sentirá: por caso, el miércoles pasado -el único día de la semana que Tinelli no conduce su envío- se perdieron más de dos puntos en la planilla de Ibope.
Pero los conflictos no se agotan allí. La crisis financiera de Ideas del Sur también alcanza a los jurados del certamen. A mediados de noviembre Pampita Ardohain, Moria Casán, Marcelo Polino y Ángel De Brito se encontraron con la desagradable sorpresa de que los cheques de sus sueldos habían sido rechazados. Desde la empresa hablaron de un conflicto con el banco. La explicación no conformó a nadie.
Días después Pampita hizo público su malestar con la situación, y hasta amenazó con su renuncia. “Uno tiene derecho a defender su sueldo porque a nadie le gusta trabajar gratis”, explicó la modelo en una nota, y no descartó iniciar una acción legal: “No me parece una mala medida. Si es necesario voy a mandar una carta documento, porque es el tiempo de uno. Y si no, uno lo invierte en otro lado”.
Tinelli no es ajeno a este desamparo, claro. El Grupo Indalo, que comanda Ideas del Sur al tener la mayoría del paquete accionario de la productora, tampoco puede afrontar el dinero que le debe al conductor: se habla de millones de pesos, que surgen de la venta del porcentaje de sus acciones (19%) y de varios sueldos impagos.
Y mientras el hombre de Bolívar decidió afrontar con su propio bolsillo la deuda de 400 mil pesos que se mantenían con los taxis -vitales para el funcionamiento del programa al trasladar a sus participantes-, el futuro de Indalo continúa siendo una incógnita: ni la Justicia ni la AFIP aprueban la compra del grupo OP Investments, y la quiebra es un escenario cierto.
Sueldos impagos. Empleados que no tienen cobertura de salud. Proveedores que no cobran. Malestar general. Y el programa más visto de la televisión argentina que podría quedarse sin pantalla, aunque parezca una contradicción. Porque si bien dicen que el show debe continuar, Marcelo Tinelli y compañía están bailando con la más fea situación que hubieran podido prever.