Los vecinos del barrio Gaete, en Bernal, están desesperados por las inundaciones. Mientras cubría esa situación para TN, la cronista Ana Ortiz se cayó en vivo en una boca de tormenta a la que le habían robado la tapa.
Todo ocurrió cuando la periodista entrevistaba a un hombre sobre las dificultades que viven en su barrio, mientras el camarógrafo grababa cómo el personal municipal trabajaba para evacuar la calle. Algunos minutos antes de terminar la nota en vivo, se escucha un grito de Ortiz y se puede ver cómo ella había caído en el agua.
Ortiz no podía ver dónde caminaba por el agua que le llegaba hasta las rodillas, por lo que tropezó justo donde había una boca de tormenta sin tapa. Fue asistida por tres hombres porque no podía levantarse. En el momento no pudo responder si se había lastimado porque se perdió la conexión con el canal.
Las casas de Gaete, inundadas
Ortiz mostró que los vecinos del barrio luchaban contra la inundación. “Estamos en el barrio Gaete. Aquí los vecinos están indignados y tienen razón”, afirmó mientras mostraba una casa donde había entrado el agua.
“Cada vez que llueve se inunda todo. Las cloacas y los sumideros están tapados, y ya no viene nadie a limpiarlos”, reclamó Nilda, una vecina. Ella y su esposo se ven obligados a sacar el agua con baldes para evitar más daños. “No somos personas jóvenes, pero tenemos que hacerlo”, agregó con frustración.
La principal queja era la falta de respuesta de las autoridades. “Siempre denunciamos, pero no vienen. Antes venían de vez en cuando, ahora ni eso”, continuó Nilda. Para evitar que el agua entre a las casas, los vecinos instalan barreras improvisadas y así evitan que los autos hagan olas y empeoran el problema.
Otro problema es el riesgo de electrocución y el agua estancada, que puede convertirse en un foco de enfermedades. “Una mujer ya sufrió una descarga eléctrica hoy”, advirtió sobre el peligro de tocar paredes mojadas. “Nosotros necesitamos que alguien escuche nuestros reclamos”, dijo otra vecina.
A todo esto sumaron el robo de tapas de sumideros. “Los carreros pasan de noche y se roban las tapas”, explicó otro vecino, que señaló los riesgos adicionales que esto representa, especialmente para los niños y peatones que pueden caer en las bocas de tormenta abiertas.