Mara tenía 17 años y vivía en Mercedes, provincia de Buenos Aires con su familia, junto a sus compañeros organizó una fiesta en su casa a la que fue un joven muchachito que no había visto antes, se llamaba Jorge y tenía 19 años.

Aquella noche charlaron, Mara le preguntó la fecha de nacimiento y justo dio la casualidad de que ambos cumplían años el mismo día. Se pusieron de novios, aunque a escondidas, estuvieron juntos durante casi dos años.

La mamá de Mara no quería a Jorge cerca de su hija porque no estudiaba, por eso le puso un ultimátum y ella lo dejó con mucho dolor, pero convencida de que era lo mejor.

Al tiempo Mara empezó a trabajar con un abogado bastante mayor que ella y poco tiempo después se enamoraron y él le propuso matrimonio. Fueron muy felices, tuvieron 3 hijos y pasaron 37 años de amor. Pero Mara nunca se olvidó de Jorge.

Jorge por su parte también se casó y tuvo un hijo, se dedicaba al mundo gastronómico, pero no sé cruzaron muchas veces. Todos los 13 de noviembre, Jorge la llamaba para saludarla por su cumpleaños. Pero un año el marido de Mara estaba muy enfermo y ella no pudo atenderlo. Jorge se enojó y no volvió a llamar más.

Mara enviudo, hizo su duelo y a sus 60 años decidió ir a buscarlo, no sabía por dónde empezar. Preguntando supo que trabajaba en un bar de Chivilcoy y hasta allá se fue.

Pregunto, preguntó, hasta que lo encontró. Cuando lo vio lo saludó muy entusiasmada, pero Jorge seguía enojado y no le quiso dar su teléfono. Ella no dudó y le anotó el número en un papelito por si algún día tenía ganas de llamarla y se fue.

No llegó a Mercedes que Jorge ya la estaba llamando, desde ese día empezaron a hablar cada vez más seguido, a verse cotidianamente, pero Jorge estaba en pareja y Mara se lo planteó.

Un día, aquel teléfono volvió a sonar para contarle que se estaba separando de su mujer y se estaba yendo de su casa. Desde ese día viven juntos, ya pasaron 18 años y siguen manteniendo su amor intacto como el día que se vieron por primera vez .