Como cada 11 de septiembre, los docentes de todo el país celebran el Día del Maestro. Sin clases en las escuelas, hoy los alumnos y educadores reflexionan sobre esta jornada tan especial que recuerda a Domingo Faustino Sarmiento, emblema de la educación argentina y expresidente, entre otros roles importantes.
En 1943, la Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas, celebrada en Panamá, resolvió decretar el 11 de septiembre como Día del Maestro para todo el continente americano en honor al fallecimiento de Sarmiento, pero también en reconocimiento a la importancia que implica el trabajo y disposición de todos los maestros que día a día realizan su trabajo en las escuelas.
“El padre del aula” nació en San Juan el 15 de febrero de 1811 y murió el 11 de septiembre de 1888. Fue político, escritor, periodista, militar, estadista, gobernador de San Juan y presidente de nuestro país entre 1868 y 1874. También se desempeñó como senador nacional y ministro del Interior. Durante su presidencia, impulsó la educación pública y estimuló la cultura. Fundó 800 escuelas en todo el país, la Academia Nacional de Ciencias, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, el Colegio Militar, el Liceo Naval y el Observatorio Astronómico.
Se resalta su lucha por la educación y la cultura de su pueblo. Mientras fue gobernador en San Juan, Sarmiento decretó la ley de enseñanza obligatoria primaria. A nivel nacional, fue uno de los principales propulsores de la Ley 1.420 que estableció la enseñanza primaria gratuita, obligatoria, gradual y laica.
Realizó el primer censo escolar y sancionó la ley de subvenciones escolares. Sarmiento consideraba que el Estado era el encargado de brindar la instrucción necesaria que asegure el desarrollo del individuo. Para Sarmiento, educar era un nuevo modo de establecer vínculos con el Estado y de habitar el espacio público.
En 1870 se creó la comisión protectora de bibliotecas populares con la promulgación de la Ley 419 que propició Domingo Faustino Sarmiento. Designó la edificación de más de 100 bibliotecas populares.