La joven Thaynara Marcondes, de 21 años, llevaba una vida normal hasta hace algunos meses. Repartía su tiempo entre sus estudios de pedagogía, su trabajo en un centro educativo y salidas con amigos y familia, hasta que su cuerpo comenzó a cambiar de forma frenética y descontrolada.
De un día para el otro sus senos empezaron a desarrollarse como nunca antes lo habían hecho, su crecimiento no era normal y además era inesperadamente veloz. En cuestión de meses sus pechos pasaron a pesar cinco kilos cada uno, ya no le entraban ni los talles más grandes de los locales de ropa y su vida se vio completamente afectada por lo que luego supo que se llama gigantomastia.
Se trata de una afección médica poco frecuente, que causa el crecimiento excesivo, difuso de uno o ambos senos. Casi sin darse cuenta todo cambió para ella y, cosas simples como caminar por la calle, se volvieron tareas excesivamente arduas. Dolores constantes, dificultad para moverse y en consecuencia un derrumbe emocional.
“Sufría dolores intensos en la espalda, hombros y cuello”, relató y describió cómo la vida cotidiana pasó a ser un infierno: “Trabajo como asistente en un centro de educación infantil y debido al tamaño de mis senos ya no podía sostener a los bebés”.
Hasta la ropa se volvió un problema. Es que ella vestía camisetas de talla mediana, pero debió cambiar por los talles más grandes del mercado, que al poco tiempo no fueron suficientes para el tamaño de sus pechos. No tuvo opción más que comprar prendas hechas a medida.
“Ya ni siquiera podía usar sostén. Puse toda mi ropa en una bolsa, porque ya no me quedaba. Un día me probé ocho camisetas y ninguna me quedaba. Terminé enloqueciendo”.
Sin ropa adecuada para su cuerpo y sintiendo vergüenza por su figura, esta afección la llevó a dejar de hacer cosas como ir al gimnasio, por ejemplo.
Thaynara, vive en Mandirituba, en la Región Metropolitana de Curitiba, Brasil y contó al sitio G1 que fue su tía la primera en nota su cambio físico, allá por febrero. Era un promedio de crecimiento de 750 gramos por mes, hasta que se dio cuenta que lo que sucedía no era normal y fue a ver a un especialista.
“Mi tía decía que mis senos eran muy grandes, pero nunca me di cuenta hasta que, caminando por la calle, noté que todos empezaron a mirarme, a señalarme. Fue entonces que me preocupé y busqué ayuda”, recordó.
Para entender lo que le ocurría, la joven buscó a un mastólogo. Se analizó la posibilidad de que tuviera un tumor y se realizó todo tipo de estudios, pero el especialista no logró identificar exactamente cuál era el desencadenante de la gigantomastia.
De todos eso no impidió que Thaynara tuviera una solución para el infierno que padecía a diario: el 25 de octubre, la joven fue operada y, tras casi 13 horas de procedimiento, le extirparon 10 kilos de senos. La cirugía costó 40.000 reales, que la joven recaudó gracias a donaciones.
El cirujano plástico Dayson Luiz Nicolau dos Santos, responsable de la cirugía, explicó al medio brasileño que puede haber muchas razones detrás de la gigantomastia, como obesidad, trastornos hormonales, diabetes, problemas endocrinos, uso de medicamentos específicos, entre otros.
Además, describió que en la cirugía de Thaynara se utilizó la llamada “Técnica Torek”, una amputación de la mama para reducir el volumen.
Explicó que en el procedimiento se desconecta la areola y el pezón para luego reimplantarlos. Debido a esto, la joven perdió toda sensibilidad en la zona de los senos y también la capacidad de amamantar.
Sin embargo para ella es un renacer: “Ahora quiero ponerme una bikini, quiero correr, hacer muchas cosas.”
En las redes sociales, la estudiante compartió su rutina antes de la cirugía. Ahora muestra el cambio en su cuerpo y alerta a las mujeres sobre el padecimiento.
La gran duda va de cara al futuro: ¿hay posibilidad de que la condición regrese? El médico no descarta la posibilidad de que se produzca un nuevo crecimiento de los senos porque aún no se lograron identificar los motivos del aumento exagerado de sus senos.
La joven se sigue sometiendo a estudios y esperan los resultados de otras pruebas para tratar de llegar a una respuesta sobre lo que pudo haber sucedido. “Inicialmente le informamos a Thaynara que puede haber una posibilidad de que vuelvan a crecer sus pechos, no como antes, pero como todavía es joven, existe esta posibilidad”, admitió el especialista.