En el pequeño pueblo de Wellesbourne, en Inglaterra, un gato de nueve años llamado Moisés captó la atención de la comunidad veterinaria y los amantes de las mascotas. Este felino, que alguna vez llegó a pesar casi 10 kilogramos, se embarcó en un viaje inusual y transformador de pérdida de peso a través de la hidroterapia. Su historia, la de un gato que practica natación, muestra la innovación en el cuidado de mascotas.

Moisés, que llegó a pesar tanto como un bulldog francés aproximadamente, sufría de obesidad severa. A pesar de los innumerables intentos de su dueña, Jenna Joshi, por someterlo a dietas estrictas y fomentar el ejercicio, el gato se negó a moverse o a perder peso.

“Lo había estado alimentando con una dieta estricta, pero esto no ayudó en absoluto. Simplemente, no le interesaba salir, hacer ejercicio o jugar con juguetes”, explicó Joshi al medio SWNS.

Desesperada por ayudar a su mascota, Joshi decidió probar un enfoque completamente diferente: la hidroterapia. Moisés fue inscripto en sesiones de natación en el Centro Veterinario Avonvale en Wellesbourne.

Olivia Stokes, la hidroterapeuta veterinaria a cargo del tratamiento de este gato gordo, contó: “Cuando vino a nosotros por primera vez, Moisés pesaba casi 10 kg. Su dueña dijo que había estado a dieta y que lo habían animado a hacer ejercicio antes, pero que aún no había podido perder peso”.

El proceso de adaptación no fue fácil. Los gatos, como es bien sabido, no son particularmente amantes del agua. “Esto se debía a que a Moisés no le gustaba el agua, como les ocurre a tantos gatos”, contó Stokes.